La Seda de Barcelona se ha convertido en una de las atracciones del mercado con su regreso al parqué el pasado 5 de julio después de 13 meses suspendida. Desde entonces la acción ha ganado un 25%, aunque registró fuertes caídas durante la primera semana.
El regreso de La Seda está acompañado por una ampliación de capital como parte de su plan de reestructuración con el que pretende ingresar 300 millones de euros. La compañía emitirá 3.000 millones de nuevas acciones a 0,1o euros por título y que se suscribirá en tres vueltas (ver condiciones de la ampliación) y los actuales accionistas contarán con un derecho de suscripción preferente. En concreto, podrán adquirir 67 acciones nuevas por cada 14 acciones antiguas.
La operación se puso en marcha el lunes con una presentación a inversores por parte del actual consejo de administración y el comienzo de la negociación de los derechos de suscripción de los nuevos títulos. Ese mismo día la acción subió un 31,19%, llegando incluso a situarse en los 0,16 euros por título el martes. Por el contrario, los derechos de suscripción cedieron un 42,9% en su estreno y un 25% adicional el martes para cerrar en los 0,018 euros. A estas horas siguen experimentado caídas.
Si tomamos como referencia el precio teórico de los nuevos títulos y el cierre de la acción del pasado martes, los primeros suponen un 28,9% de descuento. El porcentaje es importante y la posibilidad de ganancia también, como explica Jesús Pérez desde Especulacion.org, aunque la operación no está exenta de riesgos. El más grave es que la ampliación finalmente no se lleve a cabo. La caída del precio de los derechos y el escaso volumen desde luego indica la falta de interés y la posibilidad de que no cubran los objetivos marcados. Y es que desde La Seda se han marcado unas condiciones mínimas que pasan por obtener por lo menos 238 millones de euros.
Por el momento, La Seda cuenta con el compromiso por parte de accionistas e inversores de cubrir 100 millones de euros y con la banca acreedora para que se haga con otros 150 millones adicionales, por lo que en realidad sólo sería necesario obtener otros 50 millones. El problema radica en que estos compromisos están supeditados a la consecución de esos 50 millones adicionales. Desde la Asociación Unidos por La Seda -un grupo de minoritarios que se ha mostrado especialmente beligerante con el actual consejo- creen que la operación saldrá adelante e incluso el propio presidente del consejo de administración, José Luis Morlanes, dejó entrever en una entrevista en Intereconomía que si hace falta los miembros del consejo cubrirán la parte de la ampliación a la que no lleguen el resto.
Para un inversor que esté fuera de la compañía y quiera invertir el cálculo es relativamente sencillo: para poder acceder a 67 acciones deberá comparar 14 derechos. Si tomamos como referencia los 0,018 euros a los que cerraron en martes, deberíamos gastar 0,252 euros más los gastos de transacción por título. Con estos derechos, después debería pagar 0,1 euros por título, lo que equivale a 6,7 euros, a los que sumada la cantidad anterior nos da un total de 6,952 euros. Esto nos da un precio de 0,1037 euros por acción. Si vendiésemos los títulos al precio actual del mercado, la ganancia sería del 46%.
Evidentemente, lo más factible es que el precio de la acción caiga al ponerse en circulación los títulos de la ampliación, de forma que se ajuste al precio marcado por la misma. Sin embargo, también podemos pensar que si la acción cotizaba a precios de quiebra, es posible que ambas situaciones se compensen. Si así fuera, estaríamos ante una buena oportunidad inversión a corto plazo, pero siendo más realistas, es mejor pensar que se trataría de una inversión a medio y largo plazo, que se asentaría en el nuevo plan estratégico de La Seda.
¿Y para los accionistas actuales?
Sus principales opciones serían las siguientes:
- Quedarse con las acciones de la seda y vender los derechos de suscripción.
- Quedarse con las acciones y suscribir todas las acciones que nos corresponden en la ampliación.
- Quedarse con las acciones y suscribir una parte de las acciones que nos corresponden y vender el resto de derechos, concretamente suscribiríamos las acciones que pudiéramos con el importe obtenido de vender el resto de derechos.
- Vender todas las acciones y suscribir las acciones que queramos de la seda a través de derechos de suscripción.
Quienes tuviesen intención de permanecer en la empresa podrían optar por la cuarta alternativa, aunque lo mejor es verlo a través del siguiente ejemplo: un inversor con 1.400 acciones de la seda y 1.400 derechos y por tanto tendría la posibilidad de suscribir 6.700 acciones nuevas.
En el primer caso, nos quedaríamos con las 1.400 acciones y venderíamos los derechos, por los que obtendríamos 25,2 euros y estaríamos expuestos al efecto dilución con la entrada en el mercado de los nuevos títulos.
En el segundo caso, deberíamos pagar 670 euros por hacernos con 6.700 nuevas acciones.
En el tercer caso, las matemáticas son algo más complicadas. Para no tener que desembolsar ni un euro habría que vender 1.349 derechos para hacernos con 24,28 euros que servirían para comprar 51 derechos y después 244 acciones. Aumentamos nuestra presencia en la empresa a coste cero.
El cuarto caso está destinado a los accionistas con vocación de permanencia (aunque también se podría pensar lo mismo del primero) y pasaría por vender todas las acciones (el precio sería el del cierre del martes de 0,146 euros) con lo que obtendríamos 204,4 euros. Ese dinero lo utilizaríamos para comprar, 2.044 acciones con 427 de nuestros derechos y todavía nos sobrarían 973 derechos que podríamos vender por 17,5 euros.
En cualquier caso tampoco hay que tardar demasiado en decidirse, ya que la ampliación termina el 31 de julio.