El precio de la cultura de calentar la silla

En España el horario a tiempo completo se limita a 8 horas al día de trabajo, que no es lo mismo que en el lugar de trabajo. Si entramos a las 9 y nos dan una hora para comer, nuestra hora de salir debería ser las 6 de la tarde, que en muchos casos podría extenderse de media hora a una hora para poder salir antes los viernes o hacer jornada reducida en verano.

Pongamos que nuestra hora de salida oficial son las 18:30. La cultura de calentar la silla en España está increíblemente extendida. En muchas empresas nadie se va del trabajo hasta que no se vaya el jefe o el resto de los compañeros, de lo contrario, seremos considerados unos «vagos» o simplemente estará mal visto por el resto. Si queremos ascender o al menos ser bien considerados en el trabajo, pensamos que debemos quedarnos a hacer horas extras gratuitas.

Oficina

¿Cuál es el precio de las horas regaladas?

En el contrato firmado con la empresa, se encuentran estipuladas las horas de trabajo semanales. Si una persona a la semana ganara 300 euros trabajando 40 horas semanales, esto significaría que cada hora está valorada en 7,50€. Fuera de España, donde sí se pagan las horas extra, estas se pagan a un precio más alto que las horas estipuladas en contrato, ya que son horas que nos quitamos de nuestra vida personal, sin embargo, pongamos que cada hora que hacemos de más en nuestra empresa costara 7,50€.

Es habitual en España quedarse entre 30 minutos y 2 horas de más tras pasar nuestra hora oficial de salida. Una persona que cada día se quede una hora más en la oficina, algo que desgraciadamente sucede a menudo, estará regalando a la empresa o dejando de ganar cada mes unos 165€.

Pero es que el gasto no solamente es el dinero que deja de ganarse, sino el dinero que debemos gastar de más debido al hecho de que salimos de la oficial pasadas las 19:30.

¿Cuánto nos cuesta salir tan tarde del trabajo?

Cuando se tiene una familia, es habitual contratar a una persona que se quede al cargo de los niños mientras los padres están en el trabajo. Cuando los padres acostumbran a salir tarde del trabajo, el horario de esta persona ha de extenderse, por lo que no solamente dejamos de ganar dinero sino que tenemos que gastar más.

Calentar la silla

Una persona adulta necesita tiempo libre durante el día, tanto para poder desconectar del trabajo y descansar, como para llevar a cabo las tareas del día a día como hacer la compra o visitar a un familiar, algo que resulta completamente inviable cuando se sale con los comercios o bien cerrados o a punto de cerrar. Esto obliga a muchos empleados a hacer la compra los días del fin de semana, lo que se traduce en una pérdida de tiempo mucho mayor, ya que estos días este tipo de establecimientos está mucho más concurrido. Con lo cual, además de restarnos tiempo libre los días laborables, nos obligan a limitar nuestro tiempo de ocio durante los fines de semana.

¿Dónde reside la raíz del problema?

En algunos casos, se trata simplemente de prejuicios sin embargo, en otros casos, se debe a una carga de trabajo demasiado alta, inasumible para un trabajador que trabaja 8 horas diarias. Esto obliga al trabajador a quedarse más tiempo en la oficina acabando lo que debe hacer en el día.

Probablemente este problema debe comenzar a tratarse desde el núcleo, desde la ética de los empleadores. Cuando a un trabajador se le encarga más trabajo del asumible en 8 horas, caben 3 posibilidades: o contratar a un nuevo empleado, o reducir de alguna manera la carga de trabajo o pagar las horas extra.

2 comentarios en “El precio de la cultura de calentar la silla”

  1. Ciertamente es una de esas cosas que ocurren tan a menudo que ya nos parece hasta normal. Aunque la raiz del problema a mi modo de ver, tiene más que ver conque la gran mayoria de directivos/jefes no están preparados para gestionar. Soy director en una mediana empresa, y cada año me llaman desde la matriz de nuestro grupo para reestructurar alguna de las empresas que les van mal. Hasta la fecha todos los casos han tenido algo en común todos los puestos directivos eran un desastre, no saben nada de eficiencia, de trabajar en equipo en vez de jerarquicamente con el látigo, etc… «La cultura arrastrada» es casi siempre la base de un mal aprendizaje de lo que significa un cargo de dirección. En España nos faltan 50-100 años de democracia, para, con suerte, usar mas la cabeza y menos el copiar actitudes.

    Un saludo

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