El devastador terremoto y tsunami que sufrió la isla de Japón ha tenido consecuencias nefastas tanto en vidas como en daños materiales. Ni hablar de la alarma nuclear. Pero también ha dado coletazos en la economía mundial.
Uno de estos coletazos es la movida que se está produciendo en el mercado forex. Desde que ocurrió la catastrofe, el yen no ha parado de subir en su valor con respecto a las demás divisas mundiales. De hecho, en su cruce con el dolar se encuentra cerca de los máximos históricos con respecto a esa moneda.
Según cuentan diversos medios económicos, el dólar cayó hasta un mínimo de 80.60 yenes durante la noche, cerca de su mínimo histórico de 79.75 yenes alcanzado en 1995. La volatilidad dólar/yen a un mes trepó a máximos de cuatro meses de 11.7% desde cerca de 8% antes del sismo, sugiriendo expectativas de amplias fluctuaciones de precios.
La razón de esta revalorización de la divisa nipona es simple: se está dando una gran repatriación de dinero hacia Japón debido a los altos costos de la catastrofe. Bancos, compañias aseguradoras, empresas e incluso particulares están llevando el dinero a su país para poder solventar los altos costos de reconstrucción y los numerosos reclamos de sus asegurados.
Sin embargo, hay que andar con pie de plomo con respecto al yen. Nadie duda que en el corto plazo la divisa japonesa subirá, por el efecto antedicho de la repatriación, pero en el mediano y largo plazo las cosas no están tan sencillas. Cuando todo esto pase, la situación de Japón será muy difícil, lo que seguramente implicará medidas de estímulo y tasas de interés en cero durante un largo tiempo, en su intento por restaurar su maltrecha economía.
Esto mismo ya ha sucedido en ocasión del terrible -aunque no tanto como lo que vemos en estos días en la TV- terremoto de 1995 en Kobe. Tras este terremoto, la moneda se apreció cerca de un 20% en tres meses por los efectos de la repatriación de capitales.
Pero hay algo más. El desplome de la bolsa de Tokio se ha debido, principalmente, a la liquidación de las posiciones en las acciones niponas de inversores de todo el mundo. Según analistas del UBS, los inversores extranjeros están sobreinvertidos en acciones japonesas y por el momento eso está llevando a salidas de flujos en yenes, que están ayudando a compensar por la expectativa de repatriación de yenes.
La situación es complicada, pero se espera una revaluación a corto plazo del yen, seguida por una devaluación a mediano y largo plazo para solventar la recuperación de la economía. El Gobierno del Japón aun no ha hecho declaraciones acerca de si intervendrá para frenar la subida del yen, pero es de esperar que tome medidas para evitarla, para de esa manera favorecer a sus exportadores en el momento en que más lo necesitan.
Lo dicho, el sismo de 8.9 en la escala de Ritcher ha traído grandes pérdidas para Japón. Pérdidas de vidas, pérdidas materiales y pérdidas económicas. Las primeras son irrecuperables, las segundas tardarán meses en recuperarlas, y las terceras tardarán años.