Crisis, crisis y más crisis. Esta palabra que parece que no podemos dejar de utilizar ni un segundo se ha convertido en el mejor de los paraguas para justificar todo aquello que en otras circunstancias podría considerarse aberrante; como por ejemplo la corrupción.
Con la crisis como excusa, el 94% de los directivos españoles no tienen ningún reparo en asegurar que la dirección de su compañía estaría “dispuesta a tomar atajos” para conseguir sus objetivos. Entre los directivos europeos, que no son unos santos tampoco, ese porcentaje se reduce al 56%, según el resultado de la última Encuesta Global de Fraude realizada por Ernst & Young. La presión por conseguir objetivos en este entorno tan complicado es el motivo esgrimido para saltarse las normas internas de su empresa o incluso la ley. El porcentaje de utilización de regalos relacionados con el ocio y el entretenimiento para conseguir un contrato se ha incrementado hasta el 26%, diez puntos por encima del año anterior. Ahora el 12% no pone reparos a utilizar regalos más personales a cambio de alcanzar esos objetivos, mientras que hace un año, esa posibilidad apenas era aceptada por el 2%.
Además, “el incremento de la actividad en los países emergentes está incrementando el riesgo de las prácticas poco éticas se generalicen en las empresas”, asegura el informe. Y como en el caso de los políticos el coste de no respetar las normas éticas es mínimo. Por supuesto, todas las compañías alardean de haber establecido protocolos y controles para evitar que sus empleados transgredan las normas. La encuesta de Ernst& Young recoge que el 86%de los directivos consultados en España asegura que su empresa les ha comunicado claramente las normas de política anticorrupción. El 74% asegura disponer de un código de conductas, pero sólo uno de cada dos tiene la impresión de que los empleados son sancionados si infringen las normas.
Parece claro que el poder o las ganas de las empresas para controlar a sus empleado díscolos no es suficiente, por eso el 90% de los encuestados pide que sean los organismos supervisores externos y oficiales los que incrementen su tarea de supervisión.
Puedes consultar el informe completo: aquí.