La financiación de España S.A. seguirá abaratándose después de verano

La foto fija de España S.A. ha cambiado mucho en las últimas semanas. Y el giro ha sido para bien. Parece que el mercado ha dejado atrás los rumores sobre el peligro que corría la economía española de entrar en default (quiebra), la necesidad de que los organismos internacionales la rescataran y las dudas de que pudiera hacer frente a los vencimientos de deuda, porque los inversores cada vez exigen menos rentabilidad (intereses) al Tesoro Público por comprar deuda nacional. Una tendencia que se mantendrá después de verano, según vaticinan los expertos.

El Estado emite constantemente deuda para conseguir financiación, aunque, para ello, el mercado le exige una moneda de cambio: la rentabilidad. Este interés que paga nuestro país por vender la deuda pública se disparó en junio, encareciendo el coste hasta un 67% en el caso de los bonos a tres años, aunque parece que la tensión ha empezado a disolverse.

“La percepción del riesgo se ha reducido porque la fortaleza de algunas economías (como la alemana) y el buen estado de salud de los bancos europeos que mostraron en los test de estrés han dado credibilidad y confianza.  El mercado ya no está sometido a tanta presión,  por eso se está abaratando el coste de financiación. España, concretamente, ha conseguido amortiguar el riesgo, y por eso tiene que pagar menos por vender nuestra deuda”, comentan desde Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Prueba de ello es que el Tesoro Público acumula nueve subastas de deuda emitiendo a un interés más bajo que en las anteriores colocaciones, sobre todo en las de corto plazo. La colocación de letras a tres y seis meses de ayer es el último ejemplo.

Las letras a tres, seis, doce y dieciocho meses (deuda a corto plazo) ya han conseguido en dos ocasiones reducir el tipo de interés anterior. En cambio, en las emisiones a deuda a largo plazo (bonos y obligaciones), sólo los bonos a tres años se han vendido más baratos.

Este abaratamiento de las emisiones del gobierno ha llegado después de los test de estrés, las pruebas de solvencia que Bruselas realizó a la gran banca europea que las entidades españolas aprobaron con nota. De hecho, en la emisión anterior a la publicación de los resultados de estas pruebas (obligaciones a quince años), el coste se encareció.

«Las últimas emisiones de letras han llegado en un momento mucho mejor a las últimas colocaciones de obligaciones y bonos, de ahí que un interés haya caído y el otro no. No obstante, si se hubieran producido recientemente subastas de deuda a largo plazo, lo más probable es que su rentabilidad también se hubiera reducido”, explica Jorge Lage, analista de CM Capital Markets.

Según los expertos, este escenario apunta a que la rentabilidad de la deuda española siga bajando después de verano. Las próximas citas entre el mercado y el Tesoro Público español llegarán en septiembre y, como señala Lage, “si no hay problemas adicionales, el interés seguirá cayendo porque es lo que marca la tendencia que ha seguido en estas semanas y porque la situación seguirá calmándose poco a poco”.

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Imagen –  keydo

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