Este año por mor del trabajo no he podido irme de vacaciones. El año pasado estuve en la India. Sí, ese gigante asiático que te ofrece al llegar una mezcla de lo exótico y lo moderno en un corto espacio de tiempo y lugar. La India es un cóctel de sensaciones que no deja indiferente a nadie. O la amas apasionadamente o detestas su modo de vida, el tráfico caótico y la suciedad de sus calles, edificios y algunos monumentos. A mí particularmente me sucede lo primero.
Desde el punto de vista económico, que es aquí lo que nos interesa, el Gobierno indio lleva augurando y prometiendo a su pueblo desde hace bastante tiempo un milagro que no llega ni tiene visos de aparecer por ningún lado. La rupia está en estos momentos bajo mínimos, y sigue cayendo en picado. Echándole un vistazo a los índices de los últimos días se sitúa ya en 65,12 unidades por dólar. Cuando yo viajé el año pasado estaba en torno a las 58 unidades…
Antes de la llegada de la crisis mundial el Gobierno indio vendió todo el humo que pudo. Prometieron un crecimiento de la economía más allá del 8%, e incluso pronosticaron que la pobreza crónica del país, el analfabetismo y otros males se verían completamente reducidos (¿a qué me sonarán estas promesas incumplidas?…). Por supuesto nada de esto han visto los ciudadanos de la India. Cada día se siguen dando de bruces con una realidad que es aún más cruel de lo que uno puede imaginar antes de viajar hasta allí.
Hay diversos factores que han llevado a la India a esta situación (algunos auguran que la peor de su historia, que ya es decir…):
- el exceso de confianza en sus propias capacidades (el Gobierno, durante la época de bonanza, no quiso afianzar la economía ya que suponían que no necesitarían hacerlo)
- la reducción de las inversiones de las empresas privadas debido a los altos índices de corrupción y a la ineficiente burocracia que domina el país
El crecimiento económico no pasó del 5,5% (el Gobierno pronosticaba llegar al 9%), la inflación se elevó hasta el 10% y el déficit presupuestario solo puede ser cubierto con préstamos extranjeros que acrecentarán la deuda externa del país.
La situación en la India es realmente preocupante a la vista de estos datos. Aún así, os invito a conocerla porque, amén de la economía, quedaréis maravillados de ella.