Debería empezar estas líneas con un reconocimiento y pedir un aplauso para el Gobierno que por fin le ha acertado a una de sus numerosas medidas, no por falta de buenas ideas o de voluntad si tal vez por falta de lineamiento con la realidad.
El aplauso se debe a que la medida que impone el límite de desplazamiento de 110 Km/h y que reduce de los anteriores 120 Kh/h la velocidad máxima en autopistas y autovías ha generado positivamente el descenso del 7,9% en el consumo de carburantes en Marzo, llevándolo a niveles de 2003.
Además genera un ahorro por 94,2 millones de euros en Marzo pasado incluso por sobre lo previsto pudiendo llegar a un ahorro de 1.150 millones de euros.
Claro que también se produce el descenso del consumo por el fuerte aumento en los precios de la gasolina y el gasóleo tirados por el precio del petróleo, pero démosle el mérito que le corresponde a esta medida de ahorro.
Es todo un mérito que con esta medida se haya logrado un nivel de consumo en Marzo inferior solo viste en 2003. Además de haberse dado una caída en la demanda de gasolina del 12,7% durante el tercer mes del año siendo la más alta a partir de Septiembre de 2001, y el gasóleo descendió el 6,8%, sin dudas estos números muestran la eficacia de la medida o tendrá mayor mérito la subida de los precios, como sea sirve de estrategia para elevar la notable eficacia de ahorro.
Esta medida implicará de tanto reducirse el consumo de combustible dejar fuera del mercado laboral a algunos trabajadores del sector ya que se da la paradoja que cuanto mayor sea el éxito de ahorro y se reduzca la demanda de combustible puede que también a algunos se les reduzca sus ganancias y se vean en la disyuntiva de si ayudar al medio ambiente le es tan rentable para sus bolsillos. Si bien para poner en peligro la subsistencia del sector el ahorro debería ser mayúsculo y sostenido en el tiempo es bueno tener a mano esta paradoja de ahorro y crecimiento de desempleados.