La reforma laboral no consigue animar la contratación indefinida

“La reforma laboral marcará un antes y un después en la legislación española”, con esta frase presentaba el pasado mes de febrero, la vicepresidente Soraya Saez de Santamaria la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy.

El objetivo en aquel momento era “atacar la fuerte dualidad del mercado laboral español y acabar con las diferencias entre contratos fijos y temporales.  La idea de abaratar el despido a tan sólo 20 días por año en caso de que la empresa pueda justificar problemas económicos, pretendía animar la contratación. Y esa misma intención tenía la bonificación de los 3.000 euros para el llamado contrato indefinido de emprendedores.

Las buenas intenciones han quedado en agua de borrajas, no sólo porque el desempleo sigue aumentando sino porque la evolución de la contratación sigue manteniendo esa fuerte dualidad entre contratos temporales y fijos. De hecho, a pesar de los incentivos introducidos por el Gobierno, los empresarios españoles todavía siguen apostando por los contratos temporales frente a los fijos.

Como se ve en el gráfico, durante los seis primeros meses de aplicación de la reforma laboral, el incremento de contratos temporales ha sido superior al 42%, frente al 22.3% que han subido los contratos indefinidos.