a flexibilidad es importante en un préstamo hipotecario, donde nunca se puede estar seguro de lo que ocurrirá en un plazo de tiempo tan elevado. En muchos casos, esta se vincula con la posibilidad de contar con un periodo de carencia, ya sea al comienzo de la vida de la hipoteca o bien en cualquier otro momento.
Lo primero que debemos de saber sobre el periodo de carencia y las hipotecas con carencia es que es un plazo en el cual sólo se pagarán los intereses del préstamo sin amortizar capital. Es decir, estaremos pagando la parte de la cuota que correspondería a los intereses que cobra la entidad financiera, pero no estaríamos reduciendo nuestra deuda con el banco. Esto se traduce en una cuotas mensuales mucho más reducida, aunque en este punto dependerá del sistema de amortización elegido.
La carencia constituye una herramienta de ayuda a la previsión financiera. Dado que es muy complicado prever que puede pasar de aquí a unos años, siempre es interesante contar con la posibilidad de establecer un periodo de carencia en las hipotecas como fórmula de protección ante los imprevistos.