Los banqueros viven en su burbuja

Banqueros y entidades financieras tradicionales viven ajenas a la innovación en su propio sector. ¿Has qué punto conocen a las empresas que ya les están comiendo terreno?

Pese a lo que pueda pensarse, innovación y banca no suelen ir de la mano. La innovación financiera casi siempre corre a cargo de pequeñas iniciativas ajenas a los bancos y sólo hace falta darse un paseo por eventos como Finnovate para darse cuenta.

Una reciente encuesta de Visual Capitalist a 110 directivos de banca ha puesto en evidencia el escaso interés de los bancos tradicionales por la innovación financiera y, lo que es peor, su escaso conocimiento de las nuevas caras que amenazan su negocio.

En este sentido PayPal es la única de las compañías fintech que realmente conoce la inmensa mayoría. Un 92% sabe de su existencia y de lo que hacen y eso que el pasado año movió en todo el mundo 228.000 millones de dólares en 26 divisas diferentes.

La cosa cambia totalmente cuando empezamos a referirnos a otras herramientas que operan en el mercado financiero y que poco a poco van haciéndose su hueco. Es el caso de The Lending Club, una comapañía cuya capitalización suma ya 5.000 millones tras empezar a cotzar en 2014 y lograr 870 millones de dólares en su OPV. Sólo un 18% sabe a qué se dedica. A esto hay que sumar el 36% al que la empresa ‘les suena’ y un 45% que ni siquiera ha oído hablar de ella.

Square acumula ya seis años en el mercado y el año pasado fue valorada en 6.000 millones de dólares tras conseguir una ronda de financiación por 150 millones. Pese a todo, apenas un 15% de los directivos de banca tiene claro cuál es el ‘core’ de su negocio y un 57% ni siquiera ha oído hablar de ellas.

Numteg es algo más conocida. Un 28% sabe lo que hace, pero en términos generales los directivos de banca parecen bastante ajenos a los movimientos en su propio sector, algo peligroso si tenemos en cuenta precedentes como el de la industria musical.

De hecho, desde Visual Capitalism comparan ambas situaciones y avanzan que si los grandes bancos no se suben pronto a la ola Fintech pueden acabar igual: batallando en los tribunales para frenar innovaciones que podrían haber abrazado para no perder su posición.

El siguiente cuadro resume la situación