En 2024, España experimentó un incremento salarial promedio del 3,07%, alineado con lo pactado en el quinto Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). Sin embargo, este aumento no ha sido suficiente para compensar la pérdida de poder adquisitivo sufrida en 2022, cuando la inflación alcanzó el 8,4% y los salarios solo crecieron un 3,02%. Aunque en 2023 y 2024 los incrementos salariales permitieron mantener el poder de compra, la brecha generada en 2022 aún persiste.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha señalado que España se encuentra entre los países donde los salarios reales han disminuido más desde el inicio de la pandemia. Esta situación afecta especialmente a ciertos grupos de trabajadores.
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) ha expresado su preocupación
Por ejemplo, en 2024, los empleados públicos, que representan aproximadamente tres millones de personas, experimentaron una pérdida de poder adquisitivo debido a que sus incrementos salariales no lograron igualar la inflación anual del 2,8%. En contraste, alrededor de 3,9 millones de asalariados del sector privado lograron mantener su capacidad de compra gracias a convenios colectivos más favorables.
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) ha expresado su preocupación por el impacto de los aumentos salariales en las pymes, argumentando que muchas de ellas no están en condiciones de asumir mayores costes laborales. Esta tensión entre la necesidad de mejorar los salarios y la capacidad de las empresas para soportar estos incrementos plantea desafíos significativos para la economía española.
De cara a 2025, se prevé un incremento salarial del 3%, con una posible adición si la inflación supera este porcentaje. Sin embargo, las proyecciones indican que la inflación se mantendrá en torno al 2,1%, lo que podría permitir una ligera recuperación del poder adquisitivo perdido. No obstante, factores como la evolución de la economía global, las políticas fiscales y las dinámicas del mercado laboral seguirán influyendo en la capacidad de los salarios para recuperar plenamente su poder de compra.