El análisis de las posibilidades que tiene el metal precioso de continuar su escalada, nos llevan a preguntarnos si aún le queda fuelle alcista a un activo que ha vivido su mejor desempeño en la última década, marcando en forma permanente nuevos récord y logrando una rentabilidad en torno del 400%.
En primer lugar debemos considerar que el precio del oro ha continuado escalando en los últimos meses a pesar del descenso que se detectó en la demanda de inversión en el último trimestre, la que se ubicó en una 388 toneladas frente a las 546, alcanzadas en el trimestre anterior.
Esta disminución en la demanda de inversión, está vinculada al bajón generado por la falta de interés de los fondos cotizados (ETF) en el oro. Esta disminución se vio compensada por la mayor venta de lingotes, mientras que la demanda industrial y en joyería se mantuvieron constantes a pesar de los incrementos de precios.
Lo que contribuye a que el precio del oro se mantenga es la extensión de los problemas o restricciones por el lado de la oferta. Tal como habíamos analizado en otras oportunidades, los bancos centrales han pasado de ser vendedores netos de oro a compradores, durante los últimos seis trimestres. Rusia, Filipinas, Tailandia y Bangladesh aumentaron sus reservas de oro, como parte de la nueva estrategia desarrollada por las entidades monetarias mundiales que impulsan una mayor diversificación de las reservas, que a menudo se encuentran sobre expuestas al dólar estadounidense.
Si bien la actitud de los bancos centrales no se puede atribuir directamente como un desventaja por el lado de la oferta, sino más bien, debe ser visto como un refuerzo de la demanda, lo cierto es que esta situación se suma a las pocas perspectivas a futuro de poder incrementar significativamente el crecimiento de la producción minera de oro, o por lo menos en el futuro próximo.
Teniendo en cuenta que las dudas sobre la sostenibilidad financiera de varios países ha resurgido en el último mes, con la crisis de deuda de Irlanda y el fantasma que se cierne sobre Portugal, sumado a la cruenta guerra de divisas que continúa sin encontrar una solución, podríamos suponer que en este 2011 el panorama continuará siendo favorable para nuevas subidas en el precio del oro. Creemos que el oro es un activo que todavía hay que mantener y que las perspectivas a largo plazo continúan siendo alcistas, aunque esto no quiere decir que no se produzcan a corto plazo ciertos altibajos en los precios…