El desempleo récord que sufre Europa parece que no entra en los planes de los noruegos. De un tiempo a esta parte el país escandinavo se ha convertido en el mejor lugar para que los trabajadores cualificados puedan desarrollar su labor. Las riquezas que trae el petróleo hasta aquí hacen que su economía no se vea tan castigada: si en Europa la media del desempleo está en torno al 12,1%, en Noruega apenas sobrepasa el 4%.

Noruega es en estos momentos la segunda nación europea más rica en términos de ingresos per cápita, solo superada por Luxemburgo. Cuenta con los salarios más altos del mundo desarrollado y, curiosamente, las jornadas laborales más cortas. Un trabajador cualificado en este país puede cobrar al año unos 60.000 euros, y trabaja un 20% menos con respecto a España. Tan solo en Alemania y los Países Bajos tienen jornadas laborales más cortas.

No es de extrañar que en este último año la emigración laboral desde la Unión Europea haya subido un 10%, llegando hasta allí más de 21.000 trabajadores, o lo que es lo mismo, 18.000 más que el anterior. Pero también llegan trabajadores cualificados desde otros puntos del planeta, especialmente desde la India. A este paso su población, de algo más de cinco millones de habitantes, pronto crecerá en exceso.

En Noruega la salud y la educación son gratuitas, además de la guardería por un valor que no exceda de los 300 euros al mes por niño. Sin embargo, aunque Noruega siga estando a la cabeza del ranking de la ONU con mejor calidad de vida, no todo son luces en el país…

Las sombras

A pesar de que los ingresos netos mensuales de un trabajador noruego pueden estar rondando los tres mil euros, nadie se hace rico trabajando. Se vive bien, se cubren gastos, algún pequeño lujo y pocos ahorros. El nivel de vida es mucho más elevado que en otros países, y las ciudades son bastante caras. No hay que creerse todos los cantos de sirena que se producen leyendo las noticias o viendo algunos programas de televisión.

Noruega busca especialmente trabajadores cualificados. Ir a trabajar a este país con escasa formación y sin hablar idiomas es una aventura bastante arriesgada. Emigrar a otro lugar nunca resulta sencillo, y menos en un país como este en el que el nivel de vida es altísimo. Cualquier desembolso inicial para alquilar una vivienda se puede disparar fácilmente hasta los cuatro mil euros.

De ahí que se pueda decir que no es oro todo lo que reluce en Noruega. La situación está muchísimo más clara que aquí, eso no se puede dudar, pero tampoco es el Dorado.

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