La semana pasada la dirección de la conocida empresa española Panrico tomaba la decisión de suspender temporalmente el pago de las nóminas de sus más de cuatro mil trabajadores debido a sus problemas económicos. Lo primero era cumplir sus compromisos con los proveedores y preparar un plan industrial con los ajustes necesarios.
Hoy la situación ha dado una vuelta de tuerca más. La empresa ha presentado a los sindicatos un plan de salida que supone el despido desde ahora y hasta el 2015 de más de 1.900 trabajadores (756 trabajadores en fábrica, 483 técnicos en venta, 600 autónomos y 75 altos cargos). Unos despidos que serían con unas indemnizaciones de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades, y recortes en las nóminas de los trabajadores que queden del 35 al 45%.
Los trabajadores han rechazado este plan de viabilidad y han roto las negociaciones. La próxima reunión la llevarán a cabo el próximo 30 de septiembre.
¿Queremos mano de obra productiva cada vez más barata y con menos derechos?, ¿aceptarán los trabajadores de Panrico las indemnizaciones? Lo cierto es que la falta de consumo y los recortes han llevado a unas pérdidas terribles en la empresa. Los sueldos bajos hacen que las personas adquieran productos más baratos. No se atiende tanto a la calidad, sino ahora lo que prima fundamentalmente es el ahorro.
Panrico, con sede en Esplugues de Llobregat, pertenece en la actualidad al fondo americano Oaktree. Una marca que tal vez no ha sabido competir con las marcas blancas y adaptarse a los cambios del mercado, tanto desde el punto de vista del marketing como en estrategia de ventas. ¿Porqué no abarataron sus productos en el momento en que había que hacerlo? Ahora se quedarán con una plantilla corta y con salarios bajos.
Es una lástima que una empresa como Panrico, que lleva más de 50 años comercializando pan y bollería en España y Portugal, tenga que verse en esta situación. Y lo que ocurre siempre, la mala gestión de sus dirigentes la tienen que pagar los currantes.