Mientras el Gobierno está a punto de retrasar la edad de jubilación, que ha entrado en su recta final con las enmiendas parciales, las empresas están multiplicando los retiros a partir de los 50 años. Con el agravante de que lo hacen, en casi todos los casos, con dinero público.
En concreto, está previsto, aprobado, y en muchos casos ya pactado con los sindicatos, que 20.400 personas dejen su puesto de trabajo vía prejubilaciones y bajas incentivadas.
Estas fórmulas, que tradicionalmente han contado con el respaldo de los representantes de los trabajadores por ser más generosas que los clásicos 45 días por año trabajado, suenan a aberración en el momento actual.