¿Qué lecciones financieras podemos sacar de una buena gestión del bankroll?

Si le preguntamos a la mayoría de profesionales del póker, actividad profesional en auge en los últimos años, probablemente todos nos responderían que una parte fundamental del éxito como profesional a largo plazo también tiene que ver con la gestión de su bankroll.

Finanzas personales

Como suele ocurrir en casi todos los órdenes de la vida, las decisiones financieras se encuentran interconectadas. En este caso una gestión de los recursos propios, del capital disponible, es básica para alguien que pretende ser profesional de poker, y a la vez, una buena enseñanza para quien pretende poner orden en sus finanzas personales extrayendo algunas lecciones financieras interesantes para la inversión.

Qué es la gestión del BankRoll

La gestión de bankroll es el sistema de control mediante el cual el jugador se garantiza dos cuestiones fundamentales; por un lado el hecho de no asumir en los diferentes niveles de juego (graduados por el coste de acceso al mismo) un nivel de riesgo que el dinero que posee y con el que se lanza al juego no puede asumir, y por otro lado, determina tanto desde el punto de vista temporal como del volumen de apuesta, como va a interactuar con el juego.

Un sistema de caja simple sería aquel que, sobre un importe determinado, divide dicho importe en un período de tiempo, determinando por ejemplo la cantidad de dinero diaria que va a invertir en el juego, que se establece de manera proporcional con el tiempo en el que pretende distribuir su caja.

De esta manera ya hemos determinado cual es el máximo de inversión diaria, del que jamás se excederá, al que el jugador puede acudir, pero, hay más, ya que determinará también el nivel de juego que el jugador se puede permitir.

Esta determinación surge de diferentes fórmulas, habitualmente se viene a decir que un jugador no participará en aquellas competiciones o torneos que no entren dentro de un rango en el que, por ejemplo, su caja sea equivalen en x% al coste de acceso al torneo o competición (aquí entra el juego la posición agresiva, la posición neutra o conservadora, ya que esta equivalencia se puede entender como caja diaria, caja semanal o caja mensual, aunque lo recomendable y habitual suele ser cualquiera de las dos últimas opciones) con lo cual ya encontramos también definido el coste máximo al que podrá acudir.

Así que tenemos por un lado una inversión máxima diaria (o en cualquier frecuencia establecida) por realizar, un límite máximo en la misma frecuencia por apostar, y, muy importante, una acumulación de la ganancia; ya que la ganancia en ningún caso formara parte de la caja establecida, acumulándose al margen de esta, hasta el siguiente período de inicio de la estrategia, donde en función del resultado de pérdidas y ganancias, podrá ser retirada, podrá ocupar el lugar de las pérdidas, o, ampliar el nivel de caja.

Qué tiene que ver con las finanzas

Obviamente en la inversión no hay un contrincante directo y no hay un movimiento diario, o no es frecuente, por parte del inversor, sin embargo, el punto de partida puede ser exactamente el mismo, aunque, con una variación fundamental en el concepto temporal.

Un usuario puede entender el conjunto de sus ahorros que quiere destinar a inversión como su caja, puede fraccionar esa caja en función no del tiempo sino de la inversión, considerar que parte de esa caja es susceptible de participar en inversiones más agresivas (el equivalente a los torneos) mientras que, y éstos una ventaja obvia sobre la caja de juego, puede colocar el resto de su caja en posiciones de inversión defensivas, que a menor escala le producirán rendimiento, el movimiento de esa caja defensiva se incorporará de manera progresiva a los movimientos agresivos, mientras que los rendimientos de ambas estrategias, en este caso podrán perfectamente incorporarse a la caja desde la inversión defensiva hasta completar un ciclo establecido en el que reiniciar el proceso.

La única cuestión fundamental en esta posibilidad es la misma que en el juego; no hacerse trampas uno mismo, establecer unos movimientos de caja rígidos y no dejarnos llevar por la euforia, o por el nerviosismo, mantener estable el proceso es la base del éxito de cualquier gestión de caja.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.