¿Tengo que pagar impuestos por vender mis joyas?

En los últimos años han crecido en número las tiendas dedicadas a la compra y venta de oro, pero preferente a la compra del metal precioso. La crisis ha llevado a muchas familias en apuros a tener que vender sus joyas de oro y plata, lo que ha terminado generando un enorme negocio alrededor de lo que no deja de ser una tragedia familiar. Lo que pocos tienen en cuenta al desprenderse de sus anillos, collares, pendientes… es que después deberán rendir cuentas a Hacienda por esta venta.

La compra-venta de oro ha crecido en los últimos años al amparo de la crisis y la necesidad de hacer caja por parte de muchas familias españolas, así como por los vaivenes propios de los mercados financieros. La inversión en oro no es nueva, pero sí el interés del común de los ciudadanos por ella. En este sentido, hay que distinguir al metal precioso del resto de materias primas y metales preciosos a efectos de inversión, ya que la fiscalidad del oro es algo diferente.

Compra y venta de oro

La principal ventaja del oro frente a otros activos como la plata, es que el oro de inversión está exento de pagar IVA en forma físico. Esto se aplica tanto alingotes de oro, como a monedas y cualquier otro formato de oro físico destinado a inversión, que se entiende como el que tiene una pureza superior al 99,5% en el caso de los lingotes y del 80% en el de las monedas. Todas las inversiones en oro que no cumplan con esta premisa deberán pagar un 21% como las del resto de metales preciosos, incluida la plata.

Pero el oro físico no es la única forma de apostar por el metal precioso y de hecho ni siquiera es la más extendida. Si bien lingotes y sobre todo monedas de oro son relativamente comunes, también se puede invertir en oro y metales preciosos a través de vehículos financieros como ETFs o fondos de inversión, opciones y futuros e incluso a través de compañías del sector minero. En estos supuestos tampoco habrá que abonar IVA en la inversión, aunque sí que habrá que pagar diferentes cánones que cargarán las agencias de valores e inversión. Además, en el caso de las compañías, la evolución de sus acciones no estará intrínsecamente ligada al precio del oro. Esto supone una ventaja al diversificar el riesgo, pero también una desviación

El oro en el IRPF

La fiscalidad del oro en el IRPF no difiere de la que se aplica a la inmensa mayoría de productos financieros. Las ganancias o pérdidas acumuladas entrarán a formar parte de la denominada base del ahorro. Esta es la escala que podrán aplicar también a la hora de vender oro y joyas.

A la hora de contabilizar el resultado de la operación se tendrá en cuenta la diferencia entre el precio de compra y de venta, sobre la cual se aplicarán los siguientes porcentajes en función de la ganancia obtenida.

  • Rendimientos de hasta 6.000 euros – 21%
  • Rendimientos desde 6.000 hasta 24.000 euros – 25%
  • Rendimientos superiores a 24.000 euros – 27%.

Estos tres tramos se aplicarán sobre la mayoría de inversiones en oro a excepción de las relacionadas con la fiscalidad de los fondos de inversión. En este caso sólo habrá que pagar por las ganancias al rescatar el dinero siempre y cuando este y las plusvalías no se destinen a invertir en otro fondo de inversión.

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