En la segunda oleada de la guerra de pasivo, donde los depósitos han dejado paso a otro tipo de productos no garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), los bonos han jugado un papel discreto pero decidido.
Si bien el actual protagonista de esta oferta de “nuevos” productos de ahorro son los pagarés, no es menos cierto que los bonos tienen un importante papel. Es un tipo de producto financiero no garantizado por el FGD y cuya seguridad depende de la solvencia del banco que los emite.
Como ejemplo reciente de la emisión de este tipo de producto de renta fija a los clientes de sucursal, podemos mencionar los bonos simples del Banco Sabadell, que ofrecen un 4,32% TIR a 18 meses.