La necesidad de liquidez manifestada de manera urgente por parte de varias Comunidades Autónomas, que, como en el caso de Cataluña y Andalucía ya habían solicitado incluso adelantos sobre el llamado Fondo de Liquidez Autonómica, parece estar en la raíz de la presentación para su aprobación en el Congreso de las modificaciones a la Ley de Estabilidad Presupuestaria que se realizará el próximo día 13 de Septiembre.
Dentro de estas modificaciones se encuentra el citado FLA que de esta manera verá acelerada su aprobación, saltando el paso intermedio del debate a la totalidad en pleno (existen cinco enmiendas de devolución presentadas por la oposición) más los tramites de ponencia en la Comisión de Hacienda previos a la votación.
De este modo se plantea una tramitación en lectura única y vía directa buscando acelerar al máximo la puesta en marcha del FLA que, recordamos, se está planteando como una de las vías fundamentales de descongestión de las necesidades de financiación de las Comunidades Autónomas.
En cualquier caso la sesión del citado día 13 de Septiembre va a traer más asuntos importantes desde el punto de vista económico, en este caso en forma de dos decretos trascendentes.
Se trata del aumento temporal y prorroga del Plan Prepara y, por otro lado, de los canales de reestructuración de entidades de crédito donde se incluye lo que a todas luces será el armazón sobre el que se constituirá el “banco malo”.
En este caso también los decretos serán aplicados de manera automática aunque el en caso del decreto sobre Reestructuración Bancaria existirá una tramitación posterior orientada a convertirlo en proyecto de ley.
Con relación al “banco malo” esta reestructuración citada servirá para, entre otras cuestiones de calado, poner a su vez en marcha la posibilidad otorgada al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria por decreto ley de 31 de Agosto, de obligar con carácter administrativo al traspaso de activos tóxicos procedentes del ladrillo al citado banco malo, eliminando, como ya sabemos, merced a este traspaso los activos tóxicos del balance de las entidades financieras, una acción que, recordamos, ya no solo implica a las entidades nacionalizadas actualmente, sino que también contempla a las entidades que se dispongan a iniciar procesos de resolución o reestructuración.
Imagen: rahego Flickr Creative Commons