Buscar trabajo es estresante y genera ansiedad e impotencia. En estas circunstancias de sensibilidad a veces se cometen errores involuntarios que acentúan estas sensaciones.
-Autoboicot: En incontables oportunidades uno no se presenta en un trabajo por la posibilidad de que salga. Paradojicamente la ecuación es “No me presento porque si me sale me van a mandar en el turno mañana y justo en ese horario no puedo”.
Es decir, desde el vamos se está negando cuando ni siquiera se ha presentado la posibilidad. Para decir que NO siempre hay tiempo, asi que no hay que dudar en presentarse en ningún trabajo en cuanto se presenta la oportunidad.
– Presentarse en los trabajos equivocados: candidatearse a puestos donde hay pocas posibilidades de quedar porque no se da con el perfil o porque hay mucha competencia. Es un pasaje al fracaso.
– Dejar de presentarse en trabajos en espera de una oferta en particular. En ocasiones existe una posibilidad de trabajo remota en la que se ha dado un curriculum por algún conocido y se espera ilusionadamente una respuesta y se congela la búsqueda laboral.
Ese es un error porque nunca se sabe y siempre, matemáticamente, cuanto más posibilidades se agoten, mas chances de que salga un trabajo.
– Derrotarse por anticipado. No presentarse a un trabajo deseado porque no se conoce a nadie. El “No” ya está dado. En la contraparte esperar sólo que la suerte nos acompañe en super compañías es ilusorio.
Lo ideal es una mezcla de métodos, buscar entre los círculos inmediatos (amigos, compañeros, colegas, vecinos, parientes, ex compañeros), entre los que buscan trabajo (bolsas de trabajo, clasificados, sindicatos, listas, foros, redes sociales) y los deseados (compañías, emprender proyectos propios, conseguir financiamientos, contactar los profesionales con lo que queremos trabajar)
– Continuidad: buscar trabajo es una tarea constante, aún teniéndolo. Estar atento a las ofertas, actualizado en cuanto al mercado laboral, auto promocionarse como referente es un trabajo aparte que requiere atención.
No hay dormir en los laureles y especialmente no hay que creer que el trabajo en el que uno se encuentra será para siempre. Siempre hay que tener en mente que se puede estar en la situación de buscar trabajo más adelante. Dejarse sorprender, incluso siempre existe la posibilidad de cambio y hay que estar abierto a él.
Imagen – Arturo J. Paniagua