Efervescencia bursátil de LinkedIn: ¿otra burbuja puntocom?

Cuando decimos que una empresa decide salir a bolsa, no hace otra cosa que ofrecer el total o parte de su capital, dividido en acciones, a un mercado privado regulado dónde demandantes y oferentes de capital intercambian estos títulos.

Por tanto, eso es lo que ha hecho la empresa (LinkedIn Corporation) que está detrás de la mayor red social profesional de Internet, cotizando en el New York Stock Exchange bajo las siglas LNKD. La empresa sacó ayer una parte de su capital a bolsa, concretamente 7,8 millones de acciones a 45 dólares la acción. Y en el mismo día ya superaba los 100 dólares por título con holgura, cerrando la sesión a 85 euros la acción.

Lo que diría que diferencia a LinkedIn de algunos de los fiascos anteriores de las puntocom es que es rentable y tiene un modelo de negocio sólido. Y fácil de entender, como diría Warren Buffett: es la mayor agenda virtual de contactos profesionales planetaria.

Algunos datos de LinkedIn

Para poder valorar un negocio, sea en el mundo físico o virtual, debemos analizar los números. Las expectativas son importantes, pero predecir el futuro no deja de ser adivinar con datos.

Loa inversores valoraron ayer los 7,8 millones de acciones en más de 6.600 millones de dólares, teniendo en cuenta que sus ingresos del año pasado fueron de unos 243 millones de dólares. Una valoración sobre ingresos que resulta, cuanto menos, elevada.

Los primeros 3 meses de 2011 ha tenido unos ingresos netos se han incrementado en un 110%.

LinkedIn tiene más de 100 millones de perfiles repartidos por unos 200 países y representa la red profesional por excelencia, desplazando a los portales de empleo por su versatilidad. Las visitas únicas mensuales alcanzan los 75 millones.

Puede que estemos ante una sobrevaloración de la parte del capital social que ha salido a bolsa, pero mi opinión es que no estamos ante una burbuja, en todo caso ante un balón de baloncesto; lo importante es no hincharlo demasiado, que hasta este tipo de esféricos estallan si la presión interior es demasiado elevada.

Pau A. Monserrat

 

 

 

 

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