El mito de los billetes de 500 euros

El mito de los billetes de 500 euros, así podríamos señalar lo que pasa con este tipo de billetes, ya que si bien la crisis económica da como para no verlos seguido no significa que el 56% de los ciudadanos europeos nunca ha sentido en sus manos un billete de 500 euros.

Así 2 de cada 10 europeos si lo ha podido conocer por el pago de su salario o por que se lo han regalado. Realmente es curioso el resultado de la encuesta del BCE, entre ciudadanos y empresas de la eurozona.

Pero fuera de las estadísticas, estos billetes de alta denominación no son del todo conocidos por los europeos como debería serlos. La pregunta que cabe es dónde se encuentran  los billetes de 500 euros que alcanzan un total de 300.000 millones de euros en circulación por parte del Banco Central Europeo (BCE).

En España se encontrarían en circulación unos 50.000 millones, pero hay muchos españoles que más allá de verlos en publicidades de productosfinancieros, no los ha ni tocado.

Dicha encuesta, se basó en los ocho principales Estados miembros de la zona euro, como resultado arroja que el 56% de los ciudadanos no toco nunca un billete de 500 euros.

Lo que demuestra a las claras otra realidad sobre la economía y lo que le da sentido la liquidez, el efectivo es decir los billetes en circulación y en especial los de alta denominación.

De los Estados miembros, España se ubica entre los países que registran una mayor utilización de estos billetes, la explicación se debe a los negocios en el sector inmobiliario y a que una parte de las transacciones inmobiliarias fueron en negro escapando al ojo de Hacienda.

Claramente los que más utilizan estos billetes son Luxemburgo, Italia y Austria. En Luxemburgo, se debe a que tradicionalmente se lo conoce por  sus cuentas bancarias opacas, dónde el 45% de los ciudadanos utiliza de manera frecuente billetes de 500 y 200 euros.

Puede verse que existe tal concentración sobre solamente una parte mínima de población europea y llevado a las empresas solamente ciertos sectores son los privilegiados de nadar en estos billetes.

Tal vez por ingenio o por asociación, desde hace un tiempo que circula el nombre que se le da a los billetes de 500 euros a los que se lo llama irónicamente “billetes Bin Laden” ya que se sabe de su existencia pero no dónde se encuentran. Algo que deberán de revisar dadas las últimas noticias.

Además 1 de cada 4 encuestados tuvo un billete de 500 o incluso de 200 euros más de una vez en el año. Y prácticamente la mitad fue por que lo retiro de una cuenta bancaria.

Mientras que el 18% los obtuvo por el pago por la venta de bienes o servicios una de las formas más habituales de que pasen por las manos más comunes, mientras que un 22% al cobrar el salario o por un generoso regalo.

Otra sorpresa es la que el perfil medio del principal poseedor de un billete de 500 euros es el de un hombre, cuya profesión es ser un trabajador autónomo, de entre 25 y 54 años.

En países como Francia y Holanda es dónde menos se los utiliza ya que reina la tarjeta de crédito un aspecto que también puede explicar el por qué de escaso uso es el de que el dinero plástico se viene imponiendo.

Aunque también es bueno saber que el 87% de los europeos se vuelca por utilizar el efectivo para las compras que no representan una gran pequeña cuantía, las de menos de 20 euros, en hostelería o compras en el comercio minorista.

A la vez que el 4% paga en efectivo compras que demandan  más de 5.000 euros. Incluso sobresalen los españoles, que llegan a pagar compras de mediano valor que se encuentran entre 200 y 1.000 euros.

Si bien estos datos hablan por sí solos, a considerar está la crisis económica, el desempleo, los bajos salarios o la ventajas que representa pagar con la tarjeta para que para algunos el billete de 500 euros sea un mito o algo inalcanzable, siempre se tiende a no creer aquello a lo que no tenemos acceso pero como reza el dicho sobre las brujas que las hay y los billetes pueden ir y venir según nuestra economía y en muchos casos tenerlos todos juntos es una buena señal de nuestra economía personal.

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