¿Y la estrategia común?

Parece una broma de mal gusto, pero algunas veces, los políticos y los técnicos economicos no juegan para el mismo equipo. Un ejemplo de ello puede ser lo que ha sucedido ayer, cuando uan decision del Banco Central Europeo hizo tambalear media Europa.

Ayer hubo una reunion de la cúpula del BCE. Allí, la entidad comandada por el italiano Mario Draghi ha tomado varias medidas. Una de ellas es bajar la tasa de referencia en la zona euro en un cuarto de punto, del 1% al 0,75%. Pero esto no ha sido la mayor noticia de estas aburridas reuniones de banqueros. A pesar de la rebaja de los tipos de interés al mínimo histórico, la negativa del BCE a comprar bonos y a adoptar nuevas medidas no convencionales ha pesado y mucho en las finanzas europeas en general y española en particular.

El Ibex se ha dejado un 2,99% luego del anuncio, como asi tambien al mercado de deuda no le han sentado bien las palabras de Draghi y la prima ha repuntado hasta los 538 puntos básicos, recuperando de un plumazo todo lo perdido en la última semana.

Las palabras del presidente del Banco Central Europeo han sonado tan categóricas como justas: . «Apoyamos a la zona euro a través de la estabilidad de los precios, nos queremos mantener dentro de nuestro mandato y no queremos destrozar la credibilidad de la institución saliéndonos de él». Es decir, da a entender con gran claridad que en ningún caso va a haber medidas extraordinarias como la compra de bonos en el mercado secundario, ya que estas no son medidas que deba tomar el BCE, de acuerdo a su estatuto orgánico.

No se le puede negar a Draghi que hace lo que se tiene que hacer. La función principal del BCE es mantener el poder adquisitivo de la moneda única y, de este modo, la estabilidad de precios en la zona euro que comprende a todos los países de la UE que han adoptado el euro desde 1999. De esta manera, el BCE controla la oferta monetaria y la evolución de los precios. Pero entre sus funciones no se conocen el de compra de deuda soberana ni el rescate de países o bancos. Y allí Draghi tiene toda la razón del mundo en negar este tipo de actividad.

Sin embargo, esta decision va en el camino en que se esperaba. La idea de que no iba a haber ningún tipo de medidas extraordinarias ya había quedado sobre la mesa en la declaración de la reunión del BCE, en la que celebró que la pasada la minicumbre europea aprobase que los dos fondos de rescate (el FEEF y el MEDE) fuesen los encargados de intervenir para estabilizar los mercados, y que el BCE se limitaría a actuar como agente.

Sin embargo, en rueda de prensa, Draghi agregó otros conceptos de su autoría, como la tibieza a la hora de opinar o defender la cuantía de los fondos del MEDE o el FEEF y si serían capaces de rescatar a España y a Italia si ambas lo necesitasen simultaneamente.

En fin. Una vez más, lo que dicen los políticos no tiene nada que ver con lo que opinan los economistas. Y en esta disyuntiva es cuando comienzan a surgir dudas acerca de la conveniencia de cualquier medida.

 

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