Los problemas de la banca van más allá del ladrillo

La agencia de calificación de riesgos Moody’s ha asestado hace unos días una rebaja masiva a la calificación de la deuda de todas las entidades financieras españolas. Sus argumentos para hacerlo son, entre otros, los archiconocidos problemas de exposición del sector financiero español a los activos inmobiliarios. En la misma línea que la agencia de calificación, el Fondo Monetario de Internacional, los análisis de las consultoras externas Oliver Wynman y Roland Berger todos inciden lo mismo, ladrillo, ladrillo, ladrillo.  Por Pilar Blázquez

Pero en el sector financiero han empezado a entonar un nueva y preocupante canción: el tema inmobiliario ya es lo de menos.  Los dos reales decretos que ha aprobado el Gobierno les han obligado a provisionar en sus balances, primero los créditos inmobiliarios morosos y después incluso los sanos. «Estamos superprovisionados» ha asegurado el presidente de KutxaBank, Mario Fernández. Tanto él como sus colegas de la banca que han pasado durante la última semana por el seminario «La Crisis del euro,» que organiza la Asociación de Periodistas de Información Económica, APIE en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, coinciden en que no habrá más sustos en el ajuste inmobiliario.

Los problemas ahora los ven en otros activos, hasta ahora considerados seguros. En concreto los créditos concedidos a empresas y a las hipotecas a particulares. «Es aquí donde se pueden esperar problemas de impagos a partir de ahora», explica Fernández.  El motivo no es más que la simple consecuencia del deterioro de las condiciones económicas.

Con un desempleo por encima de 20%, y subiendo, es fácil prever que cada vez sean más las familias con dificultades económicas que no puedan hacer frente a las cuotas de su hipoteca. Esa caída de los ingresos familiares tiene otra consecuencia directa y es que se reduce el consumo y el problema se contagia a las pequeñas empresas. Se inicia una espiral maléfica: menos actividad empresarial, caída de ingresos e incapacidad de las pymes a hacer frente a sus pagos con el banco.

 

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