La crisis financiera y la quiebra de bancos han empezado a despertar el interés de los españoles por sus finanzas personales. Cada vez son más quienes que realmente desean gestionar su dinero y realizar una planificación financiera. En ese punto suelen surgir en la mente del ahorrador las distintas posibilidades de ahorro e inversión para objetivos tan diversos como cambiar de coche, comprar un ordenador nuevo o irse de vacaciones por ejemplo, e inevitablemente termina surgiendo también el tema de la jubilación.
Aunque en España la Seguridad Social se encarga de asegurar una pensión, también es cierto que el sistema presenta serios déficit que ponen en duda sus sostenibilidad a largo plazo. Además, siempre existirá la posibilidad que la cuantía de las pensiones disminuya y no alcance los gastos tras la jubilación, que han crecido en consonancia con el aumento de la esperanza de vida y las mejores condiciones de salud a partir de los 65 años. Resumiendo, se puede decir que los españoles viven más y mejor que hace unos años y por lo tanto necesitan más dinero tras abandonar el trabajo. Por eso, cada vez es más necesario planificar la jubilación al estilo estadounidense. Es decir, sin contar demasiado con el Estado y su pensión.
Establecer el plan de trabajo no es sencillo y existen una serie de preguntas que todo el mundo se hace cuando piensa en la jubilación. Resolverlas es el primer paso para definir la estrategia a seguir, pero no el único:
- 1. Cuándo empezar
Nunca es pronto para comenzar a preparar la jubilación, aunque por lo menos hay que hacerlo entre 20 y 25 años antes de que llegue el retiro. Esto no implica que quienes no hayan sido suficientemente previsores no puedan corregir su situación. De hecho, apenas un 20% de los españoles empieza a pensar en la jubilación antes de los 35 años. La principal ventaja de adelantarse y empezar pronto a preparar la jubilación es que se podrá ser más agresivo y asumir mayores riesgos con menores consecuencias. En términos generales cuanto más cercano esté el momento de la jubilación menores riesgos deberán asumirse y viceversa.
Esta es la que puede denominarse como ‘pregunta del millón’. En realidad no existe una cifra mágica (aunque un estudio de Deutsche Bank afirma que 100.000 euros deberían bastar), pero sí unos porcentaje orientativos. En teoría mantener entre el 70 y el 75% de los ingresos que se tenían en activo es suficiente, aunque todo dependerá del ritmo de vida que cada persona quiera mantener.
- 3. Definir la estrategia
Existen diversas formas de ahorrar para la jubilación, aunque la más común es contar con un plan de pensiones. La mayoría de españoles sólo cuenta con uno o dos planes, cuando la realidad es que hay otros muchos productos financieros que pueden ser igual de útiles como los seguros de vida o seguros de pensiones e incluso la propia bolsa, por ejemplo. En este sentido, es recomendable contar con más de una opción de inversión, es decir, diversificar. Evidentemente la estrategia deberá estar en consonancia con el perfil del inversor, pero a edades tempranas se puede aumentar la exposición al riesgo, ya que como se trata de una inversión a largo plazo siempre se pueden recuperar eventuales pérdidas. Por el contario, cuando se acerque el momento de la jubilación conviene ser más conservador y minimizar las ganancias a cabio de la seguridad de que el dinero del plan de pensiones no se esfumará.
- 4. Gestión activa del capital
Uno de los errores más comunes es pensar que el dinero de un plan de pensiones no se puede tocar, cuando en realidad se puede gestionar de forma tan activa como cualquier otra inversión. Así, es posible saltar de un plan a otro o modificar el riesgo que se asume. Para eso sólo es necesario acudir a la entidad y hablar con el gestor.
Dentro de su programa para incentivar el ahorro a largo plazo como complemento de las pensiones de la Seguridad Social, el Estado premia este tipo de productos en el pago de la declaración de la renta. En concreto, los planes de pensiones están sujetos a incentivos fiscales en forma de deducciones en el IRPF, lo que hace que sean uno de las vías más utilizadas para pagar menos a Hacienda.
En concreto, las personas menores de 50 años pueden deducir sus aportaciones hasta 10.000 euros o el 30% de sus ingresos, en tanto que los mayores de 50 años pueden aumentar sus aportaciones deducibles hasta los 12.500 euros o el 50% de sus ingresos.
Hay que tomar conciencia de la importancia de planificar la jubilación y buscar dentro del presupuesto familiar la forma para ‘sacar’ para el plan de pensiones.