La historia nos suena, Iberia no quiere negociar, los trabajadores denuncian el desmantelamiento de la compañía y los usuarios temen volver a quedarse en tierra de nuevo estas vacaciones. Un acto con tres actores, en las que finalmente y fuera de la óptica empresarial, acaban pagando los usuarios las consecuencias de una serie de huelgas que se suceden en los últimos años, pero que no dan señales de avance.
Comienzan las Navidades y parece que Iberia, da igual compañía o trabajadores, un año más pretende dificultarlas a todos aquellos que se dispongan a viajar durante estas fechas, y es que la compañía ya ha anunciado la convocatoria de huelga para los días viernes 14 de diciembre y de lunes 17 al 21 del mismo mes, durante las 24 horas, con el objetivo de negociar con la compañía el plan de reestructuración, que entre otras medidas supondrá el despido de 4.500 empleados y rebajas salariales para el resto.
Esta bien conocer con antelación las fechas, y evitar que finalmente sean los pasajeros los que sufran las consecuencias de las desavenencias entre la compañía y sus trabajadores, desavenencias que ya causaron perjuicios en anteriores ocasiones, generando un malestar social y ese ligero temor que todos hemos interiorizado cuando vamos a coger un vuelo a que finalmente nos lo cancelen.
En total, seis días de huelga a la que se suman los sindicatos UGT, CCOO, USO, Sitcpla y Asetma, a los que no se han sumado todavía el sindicato de pilotos Sepla, ni el sindicato Stavla de tripulantes de cabina (TCP), y en los que denunciarán el que consideran el paso previo para el desmantelamiento de la compañía.
Además del plan de viabilidad, los convocantes denuncian ajustes de plantilla traumáticos; la segregación total o parcial de los diferentes negocios; la no inclusión de Express en las negociaciones, así como mantener un crecimiento proporcional al de British Airways en la fusión.
Ahora, compañía y sindicatos deben reunirse para acordar los servicios mínimos y en caso de no llegarse a un acuerdo, posiblemente será el Ministerio de Fomento quien los establezca. Lo que sí han adelantado los convocantes, para alivio de los usuarios, es que no se prevén nuevas huelgas durante las fiestas navideñas. Y así, parece haberlo manifestado también el presidente de IAG y de Iberia, Antonio Vázquez, que por medio de carta garantizó a los clientes todo su empeño en mitigar los efectos de las huelgas convocadas.
Los convocantes de la huelga han tratado de ceñirse a los que consideran días que no afectarán a los usuarios, por producirse después del puente de la constitución y antes de Navidad, pero lo cierto es que se produce en alta temporada turística, así como en el comienzo de los viajes de Navidad y muchos usuarios españoles cada vez se muestran más reticentes a estas convocatorias, pues tienen precedentes que avalan las consecuencias que generaron en ocasiones anteriores.
Lo cierto es que el derecho a huelga, es un derecho constitucional, que nosotros como usuarios, pero como trabajadores, también debemos respetar, y más si el motivo es el posible despido de 4.500 trabajadores. Tan sólo nos queda esperar el sentido común en las convocatorias para que las consecuencias no recaigan sobre los usuarios, fechas señaladas del calendario, así como optar por compañías alternativas, una vez conocidos por adelantado el calendario de huelgas previstas.
Antecedentes del conflicto
El objetivo de la convocatoria es protestar contra el plan de reestructuración que la compañía pretende poner en marcha y que supondrá el despido de 4.500 trabajadores, reducciones de salarios, suspensión de rutas no rentables, así como la disminución de la flota actual.
Por su parte la aerolínea, considera que el plan de reestructuración es imprescindible para salvar la compañía y volver a lograr beneficios, pues actualmente acumula pérdidas y se muestra incapaz de competir con otras aerolíneas.
En definitiva, salvar la compañía o desmantelarla, son las dos ideas del conflicto que finalmente llegan a nuestros oídos y que son tan opuestas y contradictorias, que finalmente sólo queda un usuario que no puede hacer más que apelar al sentido común e ir previendo nuevos conflictos y huelgas para 2013.
Este artículo no tiene sentido. Evidentemente harán las huelgas cuando más duela, para captar más atención. No tiene sentido hacer huelga de transportes en una fecha poco señalada. Son trabajadores y tienen los mismos derechos que todos a hacer huelga. En cuanto aparece algo que no conviene a nuestros intereses lo demonizamos. Al final, los que pagan el pato son los trabajadores que reivindican sus derechos y no la compañía que quiere dejar sin pan a más de 4000 personas.