Ahorrar es un hábito que todos deberíamos llevar a cabo. Nunca es demasiado pronto para hacerlo, por ello es una rutina que debe realizarse desde que se es joven y se empieza a gestionar el propio dinero, ya sea de la asignación de los padres, como de los primeros ingresos de trabajo. Esta práctica es tan fundamental, que en un futuro determinará la manera con la que la persona afrontará su realidad financiera.
Cuándo se es joven resulta más complicado destinar parte de los ingresos mensuales al ahorro. No se piensa a largo plazo y por lo general se dispone de menos dinero. Sin embargo, llevando a cabo una serie de trucos, los jóvenes lo tendrán más sencillo para ahorrar, sin realizar grandes esfuerzos, y aprendiendo para su futuro una práctica tan vital como es ahorrar.
Consejos para adolescentes ahorradores
- Lo más recomendable para los padres, es que fijen una paga semanal y no se salgan de la misma. De esta manera, obligarán al joven a ceñir los gastos a sus ingresos disponibles y a tener que administrar su dinero.
- La cantidad de la paga debe ser acorde con la edad, independientemente del poder adquisitivo que tengan los padres.
- La familia debe dar ejemplo y dotar de una educación financiera a los niños que estos puedan comprobar en el seno familiar.
- Aunque el adolescente no necesite ahorrar, pues las necesidades básicas las tiene cubiertas en el hogar, es vital que ahorre parte de su paga semanal. Lo ideal es que ahorre una décima parte de lo que recibe mensualmente.
- Abrir una cuenta corriente, en la que vaya ahorrando todo el dinero que no ha gastado mensualmente, así como el obtenido por familiares por cumpleaños, navidad y demás. Viendo cómo su dinero crece, se animarán a ahorrar y en un futuro lo hará automáticamente. Consultar mejores cuentas corrientes para jóvenes.
Consejos para veinteañeros ahorradores
- A esa edad, el joven suele acceder a su primer puesto de trabajo. Verse con dinero para hacer y disponer puede poner en peligro su hábito de ahorrar. Sin embargo, es fundamental que aprecie la necesidad del ahorro, imprescindible para conseguir esa autonomía económica respecto a sus padres que en un tiempo tendrá que afrontar.
- Tener dinero no significa gastarlo todo. Debe ser consciente de lo que puede o no permitirse con su dinero. Esto aún es más importante a la hora de pedir un crédito o préstamo bancario.
- Continuar con su formación financiera. Es importante conocer de dónde procede su sueldo, lo que cuestan las cosas y los frutos que ahorrar da a largo plazo
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