En el día de hoy se espera la publicación de nuevos indicadores macroeconómicos en Estados Unidos. La inestabilidad en la que se encuentran sumida los mercados, provoca que ante cualquier mera incertidumbre los inversores se vuelquen a un valor refugio como el oro para cubrir sus inversiones. Es por ello, que la publicación de datos como el índice de indicadores líderes y la Fed de Filadelfia han provocado que el precio del metal precioso ascienda por encima de los 1.230 dólares la onza, acercándose cada vez más a su máximo anual marcado a mediados de junio cuando cotizó a 1.257 dólares.
Esta tendencia alcista se espera que continúe en el medio y largo plazo, sin embargo, si aún no ha entrado en el mercado del oro y pretende hacerlo para obtener ganancias con la noble materia prima, los expertos recomiendan esperar un retroceso en su cotización.
De hecho, los expertos recomiendan seguir de cerca la cotización del metal precioso y esperar un reajuste que lo ubique en torno de los 1.220 dólares la onza para comprar y completar posiciones parcialmente. Es recomendable, incluso, esperar un retroceso algo superior para completarlas.
Las perspectivas de evolución futura estiman un ascenso hasta los 1.400/1.600 dólares a medio/largo plazo.
Actualmente, la percepción de los inversores frente al oro, le otorgan al metal todas las de ganar. La principal razón por la que se lo considera un valor refugio que no defrauda es su capacidad de no perder valor frente al dinero y sus fluctuaciones.
Si usted no es de aquellos inversores que puedan estar atentos a las variaciones diarias en el precio del metal, ni efectuar un seguimiento posterior permanente y muy de cerca del mercado del oro, es posible, que la mejor opción para obtener beneficios de la mano del metal dorado sea a través de fondos de inversión o fondos cotizados (ETF´s).