Inflar el precio del alquiler, fijar unas condiciones excesivamente duras para acceder a la vivienda o poner un anuncio incompleto, entre las equivocaciones más habituales de los arrendadores.
El sector de la construcción y el mercado de la vivienda llevan tiempo presentando síntomas evidentes, no ya de recuperación, sino de crecimiento. Aunque en principio es un signo positivo, la forma en que se está produciendo no es la más sostenible, según apuntan diversos expertos. Por ello, desde distintos ámbitos, se avisa de la reproducción de la burbuja que le explotó ‘en la cara’ al sector inmobiliario en los años finales de la década anterior y en los primeros de la actual.
Así que vuelve a hablarse de vivienda, y mucho. Además, en todos los sentidos y modalidades relacionados con la misma. Desde la compra de inmuebles, pasando por la rehabilitación de los mismos (para lo cual existen ciertas ayudas que aquí te contamos), hasta, por supuesto, el alquiler.
Modalidades de alquiler: vivienda completa, por habitaciones, piso turístico…
También dentro de esta última categoría puedes encontrar distintas opciones: pisos turísticos (aquí te explicamos cómo evitar estafas en los alquileres vacacionales), el alquiler por habitaciones (descubre dónde están los pisos compartidos de alquiler más caros y más baratos de España, por ejemplo, para estudiantes que se benefician de la beca Erasmus) o la fórmula tradicional de ceder el conjunto de la vivienda a cambio de una renta. Dada la diversidad de posibilidades, así como el auge de la demanda de pisos en alquiler (especialmente en Madrid y Barcelona, ciudades en los que se ha disparado), este activo vuelve a atraer a inversores. Como consecuencia, comprar una vivienda para alquilarla se ha convertido en una inversión recurrente. Al menos para ciertos bolsillos.
Sin embargo, no todos los arrendadores -o los que desean serlo- logran colocar su producto en el mercado con facilidad. ¿Por qué? Pues generalmente por taras, equivocaciones o malas prácticas que se repiten de manera recurrente. Aquí te contamos los errores que debes evitar si quieres conseguir inquilino para tu piso en alquiler.
Cómo conseguir el inquilino ideal para tu vivienda en alquiler
De entrada, hay que considerar dos aspectos. El primero es que las fórmulas mágicas no existen y alquilar tu propiedad en las condiciones que deseas dependerá de múltiples factores, tales como la localidad en que se ubica, la zona en la que está, el estado general de la vivienda o el importe de la renta, entre otros puntos. El segundo es que hay pisos que, por sus condiciones, se alquilan solos precisamente porque destacan en uno o varios de los apartados anteriores. La elevada demanda existente, como ya se ha apuntado, hace que sea difícil encontrar pisos disponibles para alquilar en determinados lugares… incluso pagando de más. Para el resto, para el común de los mortales, estos son los errores que debes evitar si quieres conseguir inquilino para tu piso en alquiler.
Un precio de alquiler elevado
El hecho de que la demanda de pisos en alquiler esté por las nubes, sobre todo en las ciudades de Madrid y Barcelona, no significa que se pueda poner cualquier precio -tirando por lo alto- a la vivienda en alquiler. Ya se sabe que «la avaricia rompe el saco». A pesar de lo cual, el 65% de las habitaciones que se alquilan en España se anuncia a un precio superior al que demandan los inquilinos, según afirman desde Uniplaces.
Esa sobretasación puede ser también involuntaria, puesto que, en ocasiones, los propietarios creen que el valor de sus propiedades es superior al real. Uno de los motivos puede ser, por ejemplo, que la zona donde encuentra el inmueble es popular, lo cual puede dificultar el alquiler. La mejor forma de obtener el precio más razonable es hacer una búsqueda con el valor promedio de los inmuebles con características similares en la misma área.
Exceso de condiciones para acceder a la vivienda
La elevada demanda de alojamientos en alquiler en las grandes ciudades, así como la desconfianza a veces provocada por experiencias negativas, ha llevado a muchos propietarios a solicitar infinidad de documentos y requisitos a sus inquilinos.
Fianzas de alquiler abultadas
Como derivada del punto anterior, hay un aspecto que destaca especialmente en este sentido: la fianza. En ocasiones, se producen excesos a la hora de pedir el depósito de seguridad en general por las mismas razones que en el caso anterior. Aunque como recuerdan desde el citado portal, por ley, la fianza debe de ser igual al valor de la renta, en muchos casos los arrendadores exigen dos o más veces ese importe. Pedir un valor superior a esa cantidad puede conllevar que pierdas potenciales inquilinos.
Demasiadas normas
Asimismo, existen ciertas reglas que se imponen a los inquilinos que pueden limitar las opciones de encontrar buenos inquilinos. Por ejemplo, la prohibición de tener animales o de fumar. También hay otras que rozan o directamente caen en el racismo o la xenofobia, como limitar el alquiler a posibles inquilinos nacionales o excluir a los padres o las madres sin pareja y con hijos. Esas normas básicas para los inquilinos aparecen a veces en los anuncios, pero deben hacerlo siempre en el contrato de alquiler junto con el inventario de la vivienda.
Lugares inhabitables
A pesar de que te pueda chocar, algunos inmuebles ni siquiera cuentan con la correspondiente cédula de habitabilidad. En algunos casos, además, porque ni siquiera se trata de una vivienda, sino de un trastero, un garaje, un local comercial o similar. De nuevo, el incremento en la demanda del alquiler en determinadas zonas ha llevado a muchos a llamar vivienda a cualquier espacio. Por eso, si vas a sacar tu propiedad al mercado, reformar puede ser una buena alternativa antes de alquilar tu vivienda.
Baja demanda
La gentrificación -proceso mediante el cual la población original de un sector o barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada por otra de un poder adquisitivo mayor- se ha convertido en un aliado de muchos propietarios que con la elevada demanda aumentan sus posibles inquilinos. Sin embargo, puede ser un arma de doble filo, ya que esa situación conlleva que decaiga el interés en otros barrios.
Anuncio incorrecto, incompleto o falseado
El poco interés por una vivienda puede deberse a que el anuncio no refleje los puntos fuertes del alojamiento. Si no te tomas el interés debido y el tiempo suficiente para promocionar bien tu propio inmueble, estarás ‘tirando piedras contra tu propio tejado’. La reacción natural ante un anuncio, por ejemplo, sin fotos, es de desconfianza. De la misma manera, si de forma premeditada publicas un anuncio falseado, lo normal será que el potencial inquilino rechace alquilarlo cuando lo visite.
Finalmente, cabe recordar -por si te estás planteando poner en alquiler tu vivienda- que la renta que se consigue con la inversión en vivienda se ha elevado seis puntos porcentuales durante un ejercicio, hasta el 7,8% registrado en el primer trimestre de 2018, según apunta un estudio de Idealista.
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