Un préstamo es una operación financiera mediante la cual un prestamista pone a disposición del cliente una determinada cantidad de dinero. Con la concesión del préstamo, el cliente adquiere la obligación de devolver el capital en un tiempo establecido entre ambas partes, más las comisiones y los intereses en función del tipo de préstamo solicitado. A la hora de solicitar un préstamo, los usuarios deben tener en cuenta muchos elementos para poder sacarle la mejor rentabilidad. Más allá de los diferentes tipos de préstamos que existen en el mercado, todos ellos están formados por el capital, el interés y el plazo de devolución del dinero.
Financiación bancaria y no bancaria
Lo primero que hay que tener en cuenta es el tipo de préstamos que se quiere solicitar. Hoy en día podemos encontrar los préstamos bancarios y los préstamos no bancarios. Según una encuesta realizada por el comparador de productos financieros HelpMyCash, el 65,7% de los encuestados teme pedir un préstamo en las entidades bancarias, ya que argumentan que son caros y no entienden la letra pequeña de los contratos.
Quizás por este motivo los préstamos no bancarios han adquirido una enorme popularidad en los últimos años. Estos créditos no bancarios son aquellos con los que se puede conseguir una determinada cuantía de dinero a través de diversas vías alternativas como son las entidades financieras online tales como esta web. Esta forma de financiación tiene como objetivo cubrir cualquier tipo de imprevisto o necesidad concreta, ya que ofrecen pequeñas cantidades que no suelen superar los 1.000 euros. Una cantidad que se tiene que volver generalmente en un plazo máximo de 30 días. Además, la comodidad e inmediatez son factores determinantes del éxito de este tipo de préstamos entre los usuarios.
La capacidad de endeudamiento personal, TIN y TAE
En el momento de solicitar el préstamo también es imprescindible analizar nuestra situación personal, ya que nos tenemos que asegurar que podemos hacer frente a los plazos de devolución de las cuotas del préstamo sin impagos o retrasos. De lo contrario entraríamos en una lista de morosidad que ha aumentado con fuerza en los últimos tiempos, como ha advertido recientemente el Banco de España. Por este motivo, la cuota nunca debe superar el 40% de los ingresos mensuales. Además, cuanto mayor sea la cantidad solicitada, mayores serán los intereses. La Tasa de Interés Nominal (TIN) permite conocer el precio que cobra una entidad por prestar ese dinero, de modo que representa el coste efectivo del préstamo.
Los plazos de devolución es otro de los elementos que debemos tener en cuenta a la hora de solicitar un préstamo. A mayor tiempo de amortización, más altos serán los intereses. De esta forma, los usuarios deben optar por tiempos de amortización cortos, siempre que sea posible. Finalmente, también hay que prestar atención a la Tasa Anual Equivalente (TAE), indicador que permite conocer el coste total del préstamo, ya que incluye todos los intereses, gastos y comisiones globales. Conocer todas estas características es un aspecto fundamental para poder sacarle la mejor rentabilidad a un préstamo.