Sobre todo, en los últimos dos meses, tanto en la prensa generalista como en la prensa especializada el comentario generalizado sobre la venta de vivienda es que, 2021, es uno de los mejores años (en los últimos) para comprar vivienda.
Estos análisis no son casualidad, vienen dados por una serie de situaciones provocadas durante y por la pandemia de coronavirus que hacen que, en conjunto, como veremos, si bien puede ser un poco excesivo decir que es el mejor año de los últimos 10 para comprar vivienda, si pueda ser un buen año en comparación a los últimos.
¿Qué es un buen año para comprar vivienda?
En primer lugar, debemos definir que un buen año para comprar vivienda no hace referencia a una individualidad. Puede ser que lo que para un usuario sea un buen año, para otro no lo sea. Por tanto, para definir esto se utilizan una serie de parámetros que son los que ayudan a medir la situación inmobiliaria y la relación de la misma con respecto a la compraventa. Para ello, hay tres factores que vamos a tener en cuenta: el precio de la vivienda, el aumento de la capacidad de ahorro y los tipos de interés.
Precio de la vivienda
El precio de la vivienda en 2021 no ha terminado de despegar con respecto a lo que se podía esperar, o de hecho se esperaba. Después del parón obligatorio sufrido por la crisis inmobiliaria provocada por la pandemia de coronavirus, se esperaba que al cierre del segundo trimestre del año el aumento del precio de la vivienda fuera mayor del que ha sido.
Esto nos sitúa en un contexto en el que la capacidad revalorización de la vivienda, incluso a corto y medio plazo, parece a un interesante desde el punto de vista de la compra. Es decir, vamos a comprar más barato que en 2022, y con toda probabilidad bastante más barato que partir de 2023.
Aumento de la capacidad de ahorro
Durante 2020 y principios de 2021 se ha producido un aumento considerable del ahorro familiar. Este aumento tiene que ver tanto con una disminución del consumo como con la incertidumbre hacia el futuro que proyectaba la crisis sanitaria del coronavirus. La situación es que, este aumento del ahorro hace que aspectos como los gastos que genera la hipoteca, pueden ser cubiertos con mayor tranquilidad por el usuario sin recurrir a financiación. Y en general, sitúan al usuario ante un escenario más cómodo a la hora de firmar una hipoteca.
Tipos de interés bajos
El tercer factor relevante son los tipos de interés. Los tipos de interés se siguen manteniendo bajos y, al menos en lo que resta de año, no se espera que aumenten de manera significativa. Por tanto, seguimos teniendo hipotecas relativamente baratas si las comparamos con los últimos años no habiendo aumentado de manera significativa su precio en lo que vamos de 2021.