Las pérdidas en las inversiones son una parte inherente a cualquier inversor. Los inversores saben que al final de lo que se trata es de lograr el equilibrio entre pérdida y ganancia para obtener más ganancia que perdida.
Sin embargo, para el pequeño inversor o para el usuario que no está habituado a estos modelos y que se acerca por primera vez a las inversiones, las pérdidas pueden suponer no sólo un problema cuantitativo, también un problema cualitativo y, peor aún, un problema emocional.
¿Cuándo las perdidas en la inversión se convierten en problema?
Podríamos decir que, realmente, cualquier tipo de pérdida económica es un problema, esto es cierto, pero, también deberíamos tener en cuenta la primera máxima que siempre se debe aplicar a la hora de invertir: nunca realizar inversiones con dinero cuya pérdida suponga una quiebra económica de las finanzas personales.
Es decir, realmente la inversión siempre debería realizarse con dinero sobrante diferente al que necesitamos para vivir y mantener nuestra calidad de vida y poder adquisitivo.
Por tanto, aquí tenemos un primer factor relevante: las pérdidas son realmente un problema grave cuando el dinero que se ha perdido (el que se había invertido) va a causar un daño grave a nuestra economía personal.
Esto que para el inversor tradicional es una máxima, desafortunadamente, se ha convertido en muy frecuente en el mercado de activos digitales. La explicación es sencilla, las criptomonedas son una fórmula de inversión que está atrayendo mucho usuario con poca experiencia que coloca su dinero esperando obtener grandes ganancias en pequeños periodos de tiempo. Esto, genera, enormes pérdidas, aunque también pueda generar ganancias.
¿Es posible que controlar la gestión de las perdidas?
Sí, pero no es sencillo. En primer lugar, el control de la gestión de pérdidas se inicia mucho antes, con el[…]Leer noticia completa en la fuente original