El desempleo no es solo un problema económico, también afecta a la salud de una manera que a veces pasamos por alto: nuestra salud mental. No tener trabajo no solo te preocupa por la falta de ingresos; también puede desgastarte emocionalmente, y eso acaba repercutiendo en tu bienestar general. Es más, incluso si el desempleo llega sin previo aviso, sus consecuencias se sienten poco a poco, acumulando tensión hasta que la ansiedad o la tristeza te ganan el terreno.
Hablar de cómo afecta el desempleo a la salud mental es importante porque muchas veces se centra la conversación en el esfuerzo por encontrar trabajo, en los problemas económicos y en lo que hay que hacer para seguir adelante. Pero se deja de lado el impacto que tiene en nuestro estado emocional. Sentir que «algo va mal» o que «la vida no está yendo como esperabas» es más común de lo que crees, y es fundamental abordar esos sentimientos sin ningún tabú.
Vamos a darle una vuelta a todo esto, porque si estás pasando por un periodo de desempleo, quizás estás cargando más peso del que deberías.
La importancia de reconocer el impacto emocional del desempleo
Quedarte sin trabajo puede afectar a tu autoestima. Parece algo que no tiene mucho que ver, pero en realidad el empleo no solo nos da dinero para vivir, también nos ofrece un sentido de pertenencia y de valor. De repente, pierdes ese reconocimiento y es fácil empezar a sentir que, si no eres productivo, no eres suficiente. Pero esto no es así.
El desempleo a menudo viene acompañado de pensamientos intrusivos como «no valgo para esto» o «todo va a ir mal». Está bien reconocer que estos pensamientos son comunes, pero no puedes dejar que se conviertan en tu realidad. Lo que[…]Leer noticia completa en la fuente original