Montar una startup nunca ha sido fácil, pero llevarla más allá de la fase inicial es todavía más complicado. En España, solo 1 de cada 5 startups consigue llegar a la serie A, esa ronda que marca la diferencia entre una idea con futuro y un proyecto que se queda a medias. El dato impresiona y refleja un problema de fondo: muchas empresas emergentes no logran dar el salto que necesitan para escalar.
Razones por las que la mayoría se queda en el camino
La cifra habla por sí sola. Apenas el 20 por ciento de las startups españolas que levantan capital semilla llega a cerrar una serie A. El resto se queda en fases tempranas y acaban estancadas o desapareciendo. Las causas son varias y se repiten con frecuencia.
El primer obstáculo es la financiación insuficiente para crecer. Al inicio el dinero sirve para validar la idea, pagar un equipo reducido y hacer algo de marketing, pero una serie A exige músculo. Implica contratar perfiles senior, expandirse a otros mercados e invertir en producto a gran escala. Muchas no logran demostrar la tracción necesaria para convencer a los fondos.
Otro freno habitual es la dificultad para internacionalizarse. España es un mercado limitado y, cuando toca salir fuera, aparecen barreras regulatorias, culturales o de idioma. Las startups que no piensan global desde el inicio lo tienen muy complicado.
El talento también pesa. Pasar de un equipo pequeño a una estructura capaz de crecer rápido requiere experiencia y visión. Sin gente preparada, el proyecto se atasca.
A esto se suma la llamada deuda técnica, que es todo lo que se improvisa en la fase inicial para avanzar deprisa. Cuando llega el momento de escalar, esas prisas salen caras.
Y por supuesto, el mercado. Muchas startups entran en[…]Leer noticia completa en la fuente original
















