La falta de dinero en forma de crédito es un tema en boca de todos en estos últimos días. Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) están atravesando un camino complicado para lograr la financiación que necesitan para continuar con su giro habitual del negocio y mantener el capital de trabajo.
Ya no estamos pidiendo dinero para crecer o ampliar instalaciones, la falta de crédito se hace presente en todos los flancos. Según la encuesta del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, el 86,3% de las compañías que acudió a las entidades financieras para pedir un crédito durante finales de 2010, tuvo problemas en el proceso. A esto, sumémosle que el 63,8% indicó que se han incrementado los tipos de interés.
Claro, a los bancos les conviene mucho más recibir un documento comercial a cambio, y están marcando tendencia: los comercios buscan la financiación del capital circulante a través del descuento comercial. Mediante esta jugada, la empresa puede recibir un pago aplazado a través de un efecto de comercio (letra de cambio, pagaré, pago domiciliado) y cambiarlo en su entidad financiera por un el adelanto de dicho importe a cambio de la cesión del documento y de los derechos de cobro del mismo.
Pero la falta de crédito no es el único mal de la economía. Si no hay crédito, se producirá, y se está produciendo, un aumento en los niveles de morosidad en las empresas. Parece ilógico, pero es todo lo contrario. Muchas empresas usan el crédito para saldar deudas de hoy y patear vencimientos. Ahora, al no tener más este dinero extra, los pagos deberán ser saldados desde nuestro activo estable o bien, aplazados.
Para no dar todas pálidas, sabemos que hay otras vías de financiación que pueden salvarnos y son algunos caminos que encontraron las Pymes para enfrentarse a esta falta de crédito abrumadora. Uno de los puntos que está cobrando fuerza, es el préstamo de dinero entre Pymes, con la posibilidad de capitalizar. Es decir, posiblemente sea una inversión que queda a elección de las partes.
Si vemos a las empresas que recién comienzan, es más beneficioso el uso de préstamos familiares. Pero, al crecer ya se puede optar por avales, líneas de créditos, fondos estatales, capital de riesgo y business angels. A esto hacemos referencia, dado que así, evitaremos toda la burocracia bancaria que alarga los procesos y perjudica a las pequeñas empresas.
Bueno, hasta aquí, hemos visto cómo financiarnos. Pero supongamos que nosotros necesitamos dinero para saldar algunas deudas… ¿y si vemos la forma de deshacernos de ellas sin perder tiempo? Es una buena salida, conocida mejor como Venta de Deuda. Siempre que se tengan deudas van a existir dos formas de cobrarlas: por un acuerdo con la compañía o por largos procesos legales. Por eso mismo, las deudas pueden ser negociadas, a fin de ceder derechos de cobros comerciales y financieros, vencidos o no a otras compañías que no requieran del dinero inmediato.
Claro, no falta el que diga ¿pero voy a perder dinero? A lo que respondo: «esto es negocio… somos parte de él. Se gana y se pierde, pero no siempre es indispensable ganar«. A lo que voy es que, resignando una porción de lo que íbamos a cobrar, podemos tener dinero rápido proveniente de la venta de la deuda.
Por último, pese a que no queremos hacer mucho más complicado su entendimiento y llenarlos de alternativas que pueden marearlos, existen los avales financieros. Relacionados con las sociedad de garantía recíproca, empresas que facilitan el acceso a la financiación a través del aval, son garantías que se ofrecen sin necesidad de que el receptor del dinero sea apto de recibir créditos desde el sistema bancario. Las SGR o Sociedades de Garantía Recíproca son la salvación de muchas pymes que, al igual que en las mutuales, suman sus fuerzas para ayudar a quien lo necesite.
Estas fueron otras vías de financiación, para hacer frente a la falta de crédito. Espero que si su empresa está en problemas por falta de liquidez, utilice nuestros consejos como ayuda.