Muchas personas están acostumbradas a pagar puntualmente sus tarjetas, o bien utilizan todo (y un poco más si pudieran) el crédito disponible para financiarte sólo unos días. En estos casos, si creemos que estamos dentro de esta bolsa, debemos tener cuidado con la anualidad que los bancos cobran por la tarjeta.
Como bien sabemos, la anualidad o mantenimiento es una comisión que las entidades financieras cargan a nuestro estado de cuenta cada año por otorgarnos una línea de crédito. Así, su costo puede variar según la institución que nos “regale” la tarjeta, o bien por el tipo de producto.
Asimismo, no podemos olvidar que muchos plásticos no aplican el cargo anual, pero sus beneficios, modalidades de pago y grado de aceptación en comercios pueden ser limitados en comparación con otros. No obstante, hay algunos que cumplen todos los requisitos.