La guerra de los depósitos ha llevado a que tanto grandes entidades como algunas de las cajas más importantes de nuestro país se hayan sumado a una carrera por la captación del pasivo, que deriva en una mayor rentabilidad y variedad de ofertas.
Sin embargo, ¿qué puntos debemos considerar a la hora de evaluar las distintas propuestas?, ¿Cómo nos damos cuenta de que se trata de la mejor opción para nosotros?
A continuación, les presentaremos algunos puntos a tener en cuenta que lo ayudarán a contestar las preguntas planteadas previamente y tomar una decisión sin sorpresas.
Sin duda, uno de los aspectos fundamentales para seleccionar una oferta, es la rentabilidad. El tipo de interés ofrecido por las entidades es esencial para la valoración de la oferta. En este contexto de tipos de interés en zona de mínimos, obtener de un 3,5% a un 5% anual como ofertan algunas entidades, y obtenerlo por una inversión segura y de bajo riesgo, es una muy buena perspectiva. Sin embargo, además del interés promocionado corresponderá observar otros aspectos antes de decidirse por una oferta u otra.
En las ofertas que han sido lanzadas en el último tiempo, hay un aspecto que se repite en todas: los nuevos depósitos de alta rentabilidad están dirigidos a la captación de ahorro de otras entidades, y por ello, requieren que la inversión que efectúe sea mediante “dinero nuevo”.
Por otra parte, dado que la mayor parte de las ofertas de alta rentabilidad provienen de los grandes bancos, que hasta el momento habían mantenido un perfil bajo en materia de depósitos, no todas las ofertas puede resultarle alcanzables. Esto deriva de que en muchos casos estos nuevos depósitos requieren una inversión mínima que está fuera del alcance del pequeño ahorrista. Muchas veces la imposición mínima es elevada dado que la entidad busca captar clientes con un poder adquisitivo medio alto.
Un punto verdaderamente diferenciador de las ofertas lo encontramos en la exigencia o falta de ella respecto de la necesidad de contratar conjuntamente con el depósito otros productos, comercializados por la entidad, como tarjetas de crédito, domiciliar la nómina, domiciliar recibos, una hipoteca, préstamos, contratar seguros, planes de pensiones, o fondos de inversión.
Obviamente a menor vinculación, más puntos a favor se suman a la oferta. No es recomendable caer en una propuesta que requiere un fuerte compromiso y vinculación con el banco, si no somos ya clientes de la entidad, ya que muchas veces, el coste que se debe pagar por los productos vinculados, opacan totalmente el brillo de la rentabilidad ofrecida.
Esperamos que los puntos previamente comentados les ayuden a seleccionar el mejor depósito de entre el mar de ofertas que nos inunda.
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