Cuando vamos a realizar una inversión, inevitablemente estamos dispuestos a asumir una serie de riesgos financieros procedentes de variables que a veces son difíciles de controlar.
Sin embargo, para tener éxito como trader debemos tomar ciertas medidas para reducir tanto la incertidumbre como el riesgo de las operaciones. Controlar el riesgo y la administración del dinero es tan importante como las estrategias de entrada y las estrategias de salida del trade.
Hay que conseguir un equilibrio entre el riesgo y el beneficio que vamos a obtener. Se pueden tener muchas operaciones con pérdidas, pero si el tamaño medio de cada pérdida es menor que la ganancia media, podremos seguir invirtiendo.
Para obtener grandes beneficios de dinero no es necesario elegir operaciones de trading espectaculares, sino hacer lo correcto de forma constante. Para ello es imprescindible trazar un plan de trading donde se refleje claramente el “por qué” se está haciendo lo que se está haciendo y definir una estrategia de gestión de riesgo. No llevar a cabo una óptima gestión del riesgo podría llevarnos a una pérdida considerable de fondos.
Principales estrategias de gestión del riesgo
Definir cuánto dinero estás dispuesto a arriesgar: No importa si es mucho o poco, sino hasta cuánto podemos arriesgar de forma que sea una cantidad soportable. Si queremos seguir operando, no podemos perder todo nuestro dinero.
Controlar las pérdidas: Antes de abrir una operación, tenemos que tener claro cuánto queremos invertir y hasta cuánto podemos permitirnos perder. Para ello los métodos más utilizados son el Stop Loss y Take Profit.
A través de una orden de Stop Loss, la operación se cierra de forma automática cuando el precio rebasa un cierto límite fijado. El Take Profit es al precio al que queremos llegar. Con esto indicamos previamente al programa en que momento debe cerrar la operación. Son de gran ayuda ante cualquier noticia o evento inesperado que pueda incidir en la tendencia del mercado.
Calcular el tamaño de la orden: No todas las operaciones generan beneficios. Tener entre 5-8 operaciones rentables de 10 ya se considera como una buena operativa en divisas. Lo importante es calcular el tamaño adecuado para sobrevivir a los movimientos del mercado.
Gestión dinámica del riesgo: Una práctica muy extendida entre los traders que consiste en arriesgar solo el 2% de su capital, limitando así sus pérdidas en períodos de caídas. Conforme aumentan los beneficios, se puede ir aumentando este porcentaje de forma gradual.
Seleccionar un buen nivel de apalancamiento: Un apalancamiento demasiado elevado puede incrementar tu riesgo, así pocas operaciones con pérdidas pueden hacer desaparecer todos tus beneficios.
Considera los factores externos: fallos en la conexión a internet o atención a cuestiones personales y laborales, son factores a los que no solemos dar importancia pero que pueden influenciar en nuestra estrategia de inversión.
Gestión del estrés: Es importante conocer nuestra capacidad para controlar las emociones. Ante una situación de crisis, como ocurre en los mercados financieros, es necesario aferrarse a la estrategia marcada y no dejarse llevar por los nervios.
Una gestión adecuada de los riesgos es sin duda la clave para el éxito de las operaciones en el mercado de Forex. Si bien son conceptos fáciles de aprender para cualquier trader, a veces son difíciles de aplicar.