Al leer sobre inversiones, leemos normalmente a “sabios” que nos dicen que debemos diversificar nuestras colocaciones de dinero. Es decir, invertir los ahorros en cuatro o más mercados diferentes, y así, esquivaríamos lo que podría llegar a ser una gran pérdida de nuestra tenencia ante la volatilidad financiera y lograríamos achicar aún más el riesgo.
Si bien esta idea de invertir en varios lados puede resultar una tarea muy complicada aún para un corredor de bolsa experimentado, existe una manera simple de hacerlo, y es a través de los ETF, instrumentos que pueden ofrecerte un abanico de diferentes activos en una sola jugada o movimiento.
¿De qué manera funcionan los ETF?
Lo que parece ser algo complejo por su nombre, es simple si sabemos que sólo se trata de una acción, pero en vez de comprar una parte de una compañía se compra una fracción de un fondo de inversiones. Esta acción representa parte de un índice de acciones que generalmente implica activos con buen comportamiento de un mercado o sector determinado.