La falta de coordinación entre entidades gubernamentales internacionales está dañando la solidez financiera y el crecimiento económico mundial. Esta es la advertencia que ha lanzado hoy en las páginas de The New York Times, Mohamed El -Erian director del fondo de inversión Pimco y uno de los hombres con más influencia en el mercado de renta fija mundial.
«No es demasiado tarde para evitar un tercer error», asegura el gestor. Un esfuerzo interinstitucional importante, impulsado tanto por el gobierno de EEUU y una mejor coordinación internacional entre bancos centrales permitiría encontrar el equilibrio necesario entre la solidez de los bancos y el crecimiento económico.
En su artículo, El Erian hace un repaso por las distintas etapas de la crisis y los continuos errores que se han cometido. Desde los momentos de laxa regulación que propiciaron la formación de una burbuja basada en complicados productos estructurados, hasta el estallido de la misma y la necesidad de los Estados de recatar a unos bancos que se consideraron «demasiados grandes para caer».
Las consecuencias de este esfuerzo, recuerda El Erian, han caído sobre los contribuyentes «especialmente en países como Gran Bretaña, Islandia, Irlanda, España y Estados Unidos». Habla el famoso gestor de los recortes que han debilitado el crecimiento y de la tendencia alcista del desempleo han «provocado en Europea una espiral viciosa de dislocaciones económicas, financieras, políticas y sociales».
Al mismo tiempo, los esfuerzos de los bancos centrales se han centrado en inundar de liquidez el sistema financiero en beneficio de la rentabilidad de la banca, pero estos, denuncia El Erian, en lugar de trasladar el crédito a la economía real «recuperaron su arrogancia, y la soberbia resurgió» y apostaron por acudir a los préstamos diarios de los bancos centrales y obtener beneficio del carry trade.
Para El Erian, ahora estaríamos en un tercer episodio. Los reguladores están intentando solucionar esta distorsión, pero el problema es que las medidas no se están coordinando y ninguno ha encontrado un estimulo para en las entidades vuelvan a dejar fluir el crédito hacía la economía real.
Los esfuerzos de supervisión y control de malas prácticas están dando resultados, como prueba el caso del escándalo del Libor, pero no son suficientes.»Se necesita una mayor disciplina, aunque sólo sea porque a estas alturas el sector público no está en condiciones de asumir un nuevo rescate, en caso de que fuera necesario».