El mayor responsable de la burbuja inmobiliaria fue el Banco de España

En los últimos días, el presidente de la Comisión Europea, ha constatado un hecho que es una verdad como un templo: que la calamitosa situación del sistema financiero español es responsabilidad del Banco de España. Desde partidos, bancos, cajas y el propio Banco de España, todas han sido voces discordantes: no nos engañemos, todos tiene el objetivo de escurrir su parte de responsabilidad en el proceso.

Es responsabilidad del Banco de España velar por la buena salud del sistema financiero: cómo lo haga es una cuestión que sólo a él atañe. Es responsabilidad de los bancos patrios prestar dinero prudentemente porque tiene la obligación de velar por los intereses de los depositantes, cosa que no hicieron y la que el Banco de España les tenía que haber forzado. Era responsabilidad del Banco de España vigilar que las tasaciones inmobiliarias no fueran muy superiores al valor real de mercado de los bienes como sucedió. El Banco de España tuvo que estar al loro de la dinámica de población, de demanda y de oferta de vivienda con el fin de darse cuenta de que se estaba formando una oferta espectacular que llevaría los precios a bajar (ya lo han hecho el 53-58% desde precios de picos de 2006). Los bancos y cajas y su regulador, tenían que haber entendido que no se debía prestar dinero por más de 20 años, a tipos fijos y por más del 30% de la renta neta disponible, no más de 5 años de salario neto: llegamos a hipotecas de 60 años, la hipoteca media era por 29 años y el precio de venta real de una vivienda representaba 14,5 años de sueldos tras impuestos de un trabajador medio.

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Un total de 5 millones de pisos pululan por nuestras calles en busca de moradores: entre pisos a la venta de primera mano y de segunda, en construcción, vacíos o en alquiler, podríamos alojar a la mitad de la población de Europa.

Añadiría más, no sólo es responsabilidad del Banco de España el descalabro del sistema financiero, sino que, además, dando por válidos balances de entidades quebradas con activos valorados muy por encima de mercado, abrió la puerta a que la Comisión del Mercado de Valores bendijera la enorme estafa que fueron las preferentes, subordinadas, bonos convertibles, acciones, oficinas con largos alquileres, productos estructurados y demás bazofia que se ha vendido en este país. No sólo el ciudadano tuvo que pagar unos precios de pisos exorbitados, gastos de transacción (Impuestos de Transacciones  Patrimoniales e IVA) de los más caros a nivel mundial, sino que además se le vino la factura de salvar al conjunto del sistema financiero y al Estado mediante un aumento dramático de la presión fiscal. El Estado no se ha bajado ningún privilegio de todos los que goza porque ahoga al ciudadano para mantener sus prebendas.

No nos engañemos, el Estado fue el mayor beneficiado de las burbuja inmobiliaria ya que los impuestos derivados de la misma, le permitió crecer de forma desmesurada: es lo que llamamos el Estado de Bienestar que no es otra cosa que “viva usted burguésmente a costa de su conciudadano trabajador y llamémoslo solidaridad cuando en realdad es pijismo”. El Estado controlaba la actuación del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores cuyos dirigentes políticos (los técnicos son de primera calidad y nada que ver con sus dirigentes) recibían órdenes expresas de que la burbuja se creara. Una vez explotada, el Banco de España y la CNMV daban legitimidad jurídica a elementos de inversión que se basaban en la falacia de unos balances manipulados.

La burbuja inmobiliaria ha demostrado que sólo salimos de esta cuando el Estado tenga el menor número de competencias y sus actividades estén sometidas a una fortísima fiscalización. Aquellos que promulgan reforzar al Estado frente al ciudadano mediante el aumento de los impuestos, buscan el fin último de reducir la libertad de autodeterminación del ciudadano a la mínima  expresión porque parten de una visión antropológica muy negativa. Según ellos, rindiendo esferas de libertad privada al sacrosanto Estado, se acaban todos los problemas…nada más lejos de la realidad, y si no, que se lo pregunte a los afectados por los desahucios, accionistas depauperados de cajas mil. Las víctimas de la burbuja inmobiliaria, son ante todo, víctimas de la represión que el Estado ha ejercido.

Negar la responsabilidad que cada uno tiene en el proceso que nos ha llevado a una tasa de mora del 13,5% es un acto de cobardía y de mezquindad  de la que sólo el Estado y sus acólitos son capaces. Qué pensarán de los que escurren el bulto quienes perdieron su casa o quienes se suicidaron?

Borja Mateo es experto inmobiliario y autor de los libros “La verdad sobre el mercado inmobiliario español” y “Cómo sobrevivir al crack inmobiliario” (editorial Manuscritos) www.borjamateo.com

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