A veces pensamos tanto en nuestra jubilación que nos lleva a cometer actos de ahorro extremo. En este sentido, existen prácticas de ahorro de extrema y diversas formas en que impactan en la jubilación.
Si bien debemos aprovechar todas las oportunidades con ventajas impositivas que se puedan, y ver de ahorrar dinero siempre que sea posible, tampoco debemos dejar de vivir para jubilarnos. En esta ocasión, podríamos estar diciendo al lector que no debe centrarse en el tipo de planes de retiro, como en el dinero, o en ninguno de sus intereses, si es que aún falta mucho para jubilarse.
Claro, lo dice alguien que no supera los 25 años y tiene más de la mitad de sus ahorros destinados a algo que no sea la jubilación. Soy consciente de que mi ahorrar temprano va al mantenimiento de nuevas contribuciones, me harán rico algún día.
La idea aquí es tratar de aprovechar la frugalidad y la ambición y el uso de la brecha entre la creación de grandes cantidades de riqueza conjuntamente con la integridad, multiplicando la diferencia entre crear una fuente de dinero auto-sostenible, generando un estilo de vida que ofrezca satisfacción.
Si lo vemos drásticamente, el dinero tiene dos caminos:
- La Vida
- La Inversión
Si planteamos un ahorro extremo apostado a un futuro de estilo de vida, si bien anima a la gente a vivir en una forma muy magra, y a centrarse en disfrutar de las cosas de bajo costo, es el camino donde la persona debe poner su dinero en inversiones muy estable que soportar un rendimiento regular hasta llegar a un punto que las mismas den los frutos suficientes para generar ingresos. En ese momento, la persona es libre de hacer lo que quieran con su vida, desde el voluntariado a escribir la gran novela pasando por lo que podamos pensar.
¿En qué punto es conveniente ahorrar invirtiendo o disfrutar la vida hoy? Una de las áreas grandes de la diferencia es con las cuentas de jubilación. Éstas son increíblemente importantes porque al mismo tiempo maximizan los activos y «evaden» impuestos (deduciéndolos de nuestras ganancias). Entonces, a veces ahorrar para ellas dejando de lado el gasto de hoy, puede sernos beneficioso.
¿A cuál apostar? Esta pregunta no tiene respuesta, dado que cada uno tiene un perfil diferente en cuanto a inversiones y una postura acerca de la vida muy distinta. Muchos creen que nunca llegará el día de su jubilación, y por ello dejan el tema para el final de sus días como activos en el empleo… así les va. Otros buscamos ser más precavidos pero nada garantiza llegar a la edad de jubilación. Lo cual se convierte en tragicómico para todo inversor que planea a futuro y tiene impedimentos propios relacionados con la salud.
Creo que ambas posturas son «correctas.» Las dos tienen sólidos principios económicos para vivir una buena vida, de acuerdo con sus propios valores.