La desigualdad entre los jóvenes con formación superior y aquellos con educación básica sigue aumentando año tras año. Un informe presentado este martes por el Observatorio Social de la Fundación «la Caixa» revela que en las últimas dos décadas, la brecha en las tasas de empleo entre ambos grupos ha crecido ocho puntos, alcanzando un 19%.
El documento, analiza las circunstancias de los jóvenes españoles desde una perspectiva educativa, laboral y social, y concluye que la formación universitaria sigue siendo un importante motor de movilidad social.
Diferencias en las tasas de ocupación
Según los datos recopilados por Eurostat y la OCDE en 2021, la tasa de empleo para los jóvenes de entre 25 y 34 años con estudios superiores fue del 78,2%, mientras que para aquellos con estudios de Primaria o ESO fue del 59,2%. Esta diferencia ha aumentado en comparación con 2001, cuando el 75,7% de los jóvenes universitarios tenía empleo, frente al 64,6% de aquellos con titulación secundaria.
El informe también destaca la existencia de una significativa sobrecualificación, con muchos jóvenes altamente educados y con formación básica, pero pocos con cualificación intermedia. Según la investigadora Ferro, esta situación puede conllevar «riesgos de segregación y polarización social», lo que demanda una atención especial de las políticas públicas.
La temporalidad en el empleo juvenil
Otro de los problemas que afecta a la juventud desde hace décadas es la alta temporalidad en el empleo. Para los jóvenes de entre 25 y 34 años, la tasa de temporalidad se sitúa en un 30,5%, muy por encima del 18,4% de la media europea. Sin embargo, la aprobación de la última reforma laboral en 2021 ha logrado reducir esta temporalidad, alcanzando una bajada del 21,2% en el segundo trimestre de 2023, el doble de la reducción observada en la población general.