La fórmula mágica de las escuelas de negocios

En la época en que nos encontramos, todos y cada uno de los sectores y actores de nuestra sociedad están inmensos en un constante cambio que les obliga a adaptarse si quieren sobrevivir. Las escuelas de negocios no son una excepción a esta evolución. De ahí que su modelo de negocio y educación, después de muchos años de éxito incuestionable, se encuentre en un proceso de evolución nunca visto.

Internet ha cambiado nuestra vida y nuestra forma de actuar tanto a nivel profesional como personal, y ha permitido recibir información y formación desde cualquier parte del mundo, en tiempo real y con una calidad muy elevada.  La red de redes ha obligado a adaptar también los métodos de aprendizaje para no perder terreno o desaparecer. Las Business Schools no son ajenas a esta revolución y,  para sobrevivir, deben:

Cambiar el chip: Tienen que renovar los estudios, introducir nuevas materias, eliminar aquellas que ya no sirvan o que no aporten valor añadido. Deben dejar atrás el miedo al cambio. Si no evoluciones,  si no se adaptan, no son nadie. Y tienen que hacerlo rápido.

Mooc’s: Los Massive Open Online Courses (MOOC) son una alternativa a la educación que está creciendo muchísimo. Estas propuestas formativas permiten estudiar casi cualquier materia, en modalidad on-line, desde casa y de forma gratuita. Y, además, en las mejores universidades del mundo. ¿Por qué no estudiar finanzas en Harvard, o Informática en el MIT y encima gratuitamente? Estos tipos de cursos,  con detractores y defensores, ofrecen a los alumnos la posibilidad de acceder a una formación de calidad y a un coste muy bajo.

Pero, ¿qué obtienen las universidades a cambio? Está Claro. Obtienen unos ingresos por sus certificaciones, obtienen una gran cantidad de información sobre futuros alumnos y sobre todo, consiguen un impacto global de sus cursos. Visto el impacto creciente de los MOOC, parece claro que las escuelas de negocios deben centrarse en hacer buenos cursos de este tipo,  ya que es, sin lugar a duda, un formato de competitividad global que marcará diferencias.

El modelo de negocio es básico. Alguien de cualquier parte del mundo hace un curso. Luego, se certifica, abonando unas tasas y si le gusta la escuela, en el futuro realizará  formación pagada on-line o presencial.  Además, ¿qué valor tiene que una clase sea seguida por más de 100.000 personas? Posiblemente un valor muy grande y de no ser así, las mejores universidades del mundo no estarían apostando por este formato. Eso sí, que nadie se olvide: la clave pasa porque sean cursos de calidad y sobre temas atractivos.

Posicionarse en el mercado: Las escuelas de negocios tienen que saber dónde quieren posicionarse. En el ranking por la calidad o en el del número de alumnos. La franja intermedia tiende a desaparecer y, por ello, las opciones de éxito se limitan a dos. O eres el mejor y ofreces algo exclusivo de valor o, por contra, ofreces una buena calidad a un precio muy competitivo pudiendo dirigirte a un segmento muy grande de posibles alumnos/clientes.

Nuevos Formatos: Es necesario plantear una oferta formativa que incluya cursos anuales pero también píldoras semanales, cursos con varios días a la semana, formación on-line, cursos a distancia con algún día presencial, cursos internacionales y MOOC’S. Todas las opciones tienen su demanda y no estar en alguno de ellos significa cerrarse a un gran nicho de mercado. No todas las personas tienen 7 días a la semana y 365 días al año para formarse, por lo que las escuelas de negocios deben de adaptarse para cubrir toda la demanda.

Nuevos profesionales: Las empresas, y también las escuelas de negocios, deben contar con nuevos profesionales, con mucha experiencia, capaces de ofrecer un servicio de calidad, rápido y sin complejos. Lo que antes era bueno o importante puede que hoy ya no sirva. Así que hay que quitarlo. De lo contrario daremos una imagen antigua. Hay que hacer un esfuerzo de renovación y adaptación del profesorado ya que los alumnos van a exigirlo.

Nuevas materias: Las escuelas deben apostar por formatos de cursos que van desde un día hasta un curso académico, con posibilidad de realizar parte de los programas en el exterior y on-line, y programas adaptados a cada necesidad y donde las materias deben ser actuales, actualizadas y adaptadas a la demanda del alumno.

Internacionalización: ¿Alguien concibe hoy una escuela de negocios sin acuerdos con escuelas internacionales, sin alumnos de diferentes países, sin programas en inglés,  y sin una red de contactos a nivel global?

Ranking: ¿En qué ranking queremos estar? ¿En el top mundial? ¿Top nacional? Top On line? ¿Top de diferentes materias? ¿Top de Empleo? ¿Top de Emprendedores? Dependiendo de donde se sitúe la oferta, así tendrán la demanda

Bolsa de Empleo: Es, sin lugar a duda, una de las variables que más hay que tener en cuenta de los alumnos a la hora de elegir un programa de formación. Unas prácticas, una buena bolsa de trabajo, charlas de formación y otras actividades relacionadas con el empleo van a ser fundamentales y necesarias para poder estar “en el mercado”.

Ayuda a los Emprendedores: Tienen que ser proactivas con sus alumnos emprendedores facilitándoles ayuda tanto en los aspectos básicos (lugar físico tipo coworking, contactos o ayuda formativa, administrativa) como en aspectos técnicos y financieros. Las escuelas deben ayudar a que sus alumnos obtengan financiación y pongan en marcha las ideas. Tan sólo con que un 1 % de sus ideas triunfara, su retorno financiero y de reputación/imagen sería impagable.

En resumen, las escuelas de negocios en particular y la educación en general deben de transformarse y adaptarse al nuevo sistema educativo global. Deben estar online y offline, deben crear nuevos formatos tales como MOOC’s, cursos blended o mixtos, presenciales y cursos de pequeño formato y, sobre todo, deben apoyar a las nuevas generaciones en formación y en la búsqueda activa de empleo, ya sea por cuenta propia o ajena. Bienvenidos a la nueva educación del siglo XXI.

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