Cuando se vive sin el sustento del salario muchas de las familias tratan de buscar la mejor forma de subsistir mediante diferentes métodos pero siempre recurren al ahorro, sea un ahorro económico, ahorrando más en servicios como luz, gas y agua. Siempre en épocas de crisis se recurren a nuevas formas de ahorrar en crisis, reinando a la hora de las compras los outlets.
Hoy la crisis hace que aquellos que están acostumbrados a despilfarrar sean más metódicos en sus gastos y precavidos al utilizar la tarjeta de crédito o ahorran para viajar a destinos no tan caros dejando para cuando la ocasión lo amerite el conocer las ciudades más caras, mientras que a las familias que siempre les cuesta, le resulta el doble tratar de llegar a fin de mes.
Es por ello que han vuelto ciertas formas de consumo y hasta oficios dejados atrás cuando la palabra crisis pertenecía a lejanos países como Argentina. Uno de los cambios más notorios es el de dejar de salir a comer a restaurantes no necesariamente caros pero que implicaban un gasto. En algunos casos los que aún lo hacen, dependiendo de dónde concurran, puede implicar un gasto medio por arriba de los 200€, sin contar el traslado; para hacerlo en Madrid habrá que desembolsar algo mas de 300€, por lo que algunos optan por comer en casa y comida casera volviendo a la comida tradicionalmente hogareña.
Claro que no todos pueden elegir el comer en su hogar, un dato de la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI), estima que 6 de cada 10 españoles deben comer fuera de sus hogares ya que generalmente por razones laborales es imposible, en el horario del almuerzo, hacerlo en su hogar. Y los que deben hacerlo fuera suelen elegir lo más económico posible como puede serlo un menú del día, pero aún así muchos trabajadores no les alcanza el bolsillo para pagarse un menú del día y se vuelcan, por lo que actualmente muchos denominan, la cultura del tupperware, llevándose a sus empleos el almuerzo casero y en ocasiones más sano.
Otro de los cambios generados por la crisis (para bien de algunos y mal de otros) se da en cuanto a los arreglos: cuando se rompe un calzado, se descose una prenda o se descompone un electrodoméstico. Actualmente son muchos más los que eligen arreglar antes que tirar, si bien en los casos de electrodomésticos hay planes renove.
Actualmente aquellos que se dedican a componer calzado o reparar electrodomésticos del hogar han visto aumentar notablemente la concurrencia de clientela que antes optaba por tirarlos directamente. Elevando incluso la venta de repuestos para sartenes o baterías hasta en un 64%.
Las prendas también viven un poco más en el cuerpo de sus dueños y ya no son tan discriminadas al primer agujero e incluso sufren modificaciones para alargar su vida útil, algo que agradecen aquellos que se dedican como los trabajadores autónomos a la reparación de ropa y calzado evitando que algunos negocios cierren. En el caso del calzado también suelen hacer caminar más tiempo ya que se los lleva cuando la suela está gastada a que la reemplacen en vez de tirarlos.
En cuanto al hogar mismo, las reformas de viviendas también han hecho que estas sean llevadas a cabo por parte de sus propietarios y no por profesionales, algo que claro ellos no agradecen.
Como ven, la crisis ha provocado cambios en la forma habitual de consumir y vivir, algo que para algunos expertos hará que esto continúe más allá de persistir la crisis y ser una nueva y mejor forma de vivir.