La única forma de que nuestras finanzas tengan una salud de hierro es a través de una gestión activa de las mismas. En principio, todo el mundo debería poner su capital en marchacuanto antes para empezar a sacar rendimiento de su capital pero esta necesidad se acrecienta con el paso del tiempo. Como es lógico, cuanto más patrimonio posee un ahorrador más imprescindible se hace el manejarlo de forma correcta para minimizar riesgos y maximizar las oportunidades que este ofrece.
El problema es que no todo el mundo tiene las ganas o los conocimientos de hacerlo. En un post anterior ya abordamos quien necesita un asesor financiero, ya que siempre existirán personas que prefieran poner su capital en manos de un profesional. Sin embargo, esto no es óbice para dejar de lado la formación. En este sentido, existen varias fórmulas para adquirir conocimientos en materia financiera y de gestión patrimonial. La red ofrece infinidad de información a través de guías y blogs especializados y siempre seguirá existiendo la posibilidad de acudir a la librería más cercana en busca de literatura al respecto.
Sin embargo, aquellos que buscan una formación más profesional quizás deberían desviar su atención hacia las escuelas de negocio y universidades. El problema es que existen infinidad de cursos de finanzas pero no tantos enfocados exclusivamente a la gestión patrimonial. Uno de ellos es el Curso Superior de Gestión de Patrimonios Familiares que imparte el CEU en colaboración con MdF Achievers. El programa se divide en siete módulos que tratan los siguientes apartados.
- Gestión estratégica
- Gestión operativa
- Fiscalidad y regulación
- Inversión financiera
- Participaciones e inversión alternativa
- Inversión inmobiliaria
- Desarrollo individual
Su duración es de 200 horas de octubre a marzo con clases los lunes martes y miércoles en horario de tarde. Para más información aquí se puede acceder al folleto del curso o y también se puede escribir un email [email protected]. La oferta del CEU es sólo un buen ejemplo de lo que se puede pedir a un curso sobre gestión de patrimonio familiar, que debería dotarnos de todas las herramientas para ser capaces de organizar y sacar el máximo partido a nuestro capital.
La alternativa de la formación reglada y más tradicional siempre supondrá un gasto -en realidad debemos tratarlo más como una inversión– pero puede ser la solución idónea para comenzar a sentirnos verdaderos dueños de nuestro patrimonio.