El top empresarial español se pone las botas entre cédulas y bonos

La deuda española está de moda en los mercados. Si hace apenas dos meses España S.A. tenía a los inversores en pie de guerra, hoy casi se rinden ante ella. Al menos, se ha producido un giro radical en los mercados mayoristas, donde parece que vuelve a reinar la calma.

No sólo el Tesoro Público coloca sin problemas letras, bonos y obligaciones (deuda a corto, medio y largo plazo respectivamente), sino que los bancos y algunas de las grandes multinacionales españolas tampoco tienen dificultades para conseguir financiación extramuros.

Prueba de ello es que el Estado, con la subasta de ayer, ya acumula diez emisiones consecutivas en las que consigue colocar, como mínimo, la cantidad prevista y, además, a un precio más barato que en la anterior ocasión. Una condición sine qua non para comprobar que a los inversores les gusta la deuda made in Spain.

Pero, por si queda alguna duda, ahí están Telefónica, Ferrovial, BBVA, La Caixa y los bancos medianos (Popular, Sabadell y Banesto) para terminar de golpe y plumazo con cualquier sospecha.  En los últimos siete días, estas compañías han emitido cédulas hipotecarias -unos títulos que emiten los bancos a un tipo de interés fijo- y bonos por valor de 5.183 millones.

Banesto, la entidad presidida por Ana P. Botín, fue la primera compañía que abrió el pistoletazo de salida el pasado día 26 de agosto. En su caso, la emisión fue de 600 millones en cédulas a cinco años. El banco de Ángel Ron, Popular, siguió sus pasos el martes: emitió 700 millones en títulos a tres años.

Sabadell fue el siguiente en saltar a la palestra. Lanzó 1.000 millones en cédulas a dos años, mientras que Ferrovial hizo lo propio a través de su filial británica BAA tras emitir 483 millones en bonos.

Pero las últimas tres firmas que se han citado con los inversores han sido Telefónica, La Caixa y BBVA, que colocaron ayer un total de 3.000 millones de euros, repartidos a partes iguales.

En el caso de la teleco presidida por César Alierta, la emisión fue de 1.000 millones en bonos a siete años con una rentabilidad del 3,66%. El desembolso y cierre de la emisión de Telefónica está previsto para el próximo 16 de septiembre, y un año después, los inversores recibirán el pago del primer cupón anual.

El banco presidido por Francisco Gonzálezemitió 1.000 millones en bonos a dos años con una rentabilidad del 2,75%, mientras que la caja catalanase atrevió con otros 1.000 millones en cédulas a tres años.

Este escenario, tan proclive a buscar financiación en el mercado,  puede animar a muchas más compañías. De hecho, Iberdrola comunicó anoche que ha lanzado una operación de intercambio de bonos por 750 millones de euros. Según explicaba la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán, esta operación “ofrece a los actuales propietarios de bonos con vencimiento a 2011 y a 2013 cambiarlos por unos nuevos con plazo a 2020, con el objetivo de aprovechar la mejora de las condiciones del mercado para alargar la duración de la deuda y mejorar la liquidez”.

Por si fuera poco, los expertos auguran que las emisiones seguirán abaratándose en los próximos meses, una ventaja para que, tanto España S.A. como sus grandes empresas, consigan -sin problemas- financiación en el mercado.

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