La vivienda es uno de los grandes pesares de un enorme colectivo de españoles y de los sectores involucrados y a pesar de ello, es la ilusión de muchos, el de dejar atrás el pago del alquiler, el terminar por fin con las cuotas de la hipoteca, siendo el bien más preciado que uno puede adquirir.
Son muchos los que día a día trabajan con la ilusión de encontrar el hogar ideal y el de ahorrar para ello, y a la vez los que no pueden pagar su hipoteca y pierden la oportunidad. Debido a este tipo de fenómeno, es que muchos bancos se han hecho con un amplio y variado stock de pisos, en diversas ciudades y de inmuebles diferentes tamaños y precios.
Este stock de viviendas, se ha vuelto un lastre difícil de sobrellevar para los bancos e inmobiliarias, que han desarrollado la modalidad de concurrir a ferias inmobiliarias para desprenderse de los inmuebles embargados, realizar subastas por Internet, y el desarrollo de Webs especializadas, y la creación de divisiones inmobiliarias. Toda una gama de herramientas para luchar contra la crisis en el sector y alivianarse del peso de contar con dicho stock.
Podríamos enumerar un sin fin de datos estadísticos que se generan día a día, desde el precio del alquiler, los precios de la vivienda, las comparativas de hipotecas, el tema de las cláusulas suelo. Todos estos términos han tenido que ser incorporados en poco tiempo por todos los interesados en el tema de la vivienda. Desde un simple ciudadano, los promotores, hasta el mismo periodismo, que ante un tema tan particular y generador de tantas noticias y datos, debieron aprender toda una serie de terminologías que podría llenar por si sola un diccionario entero.
Con el paso de los años hemos escuchado en los medios y en boca de expertos, la expresión “burbuja inmobiliaria en España”, frase que adoptaron para explicar lo que pasaba en cuanto a una burbuja especulativa en el mercado de inmuebles en España. Ha sido dicha fuertemente hasta fines de 2007 e inicios de 2008, si bien la crisis inmobiliaria perdura, al parecer, la burbuja se ha ido desinflando.
Entre las señales que podían notarse de la presencia de tal burbuja, era un disparado aumento de los precios por sobre el IPC. Algunos lo justificaban en una falta de suelo para construir, su encarecimiento, así como beneficios fiscales concedidos para la adquisición de viviendas, junto a la especulación, acompañado de la recalificación de suelos, y una pizca en exceso de crédito.
Todos estos podrían decirse que fueron los ingredientes que formaron tal burbuja y que sirven junto a otros factores para detectar una futura burbuja inmobiliaria. Si los que deben encargarse de detectarla son lo suficientemente atentos, competentes y sinceros con los datos, sin especular de por medio.