Hoy, el Banco de España decide si da vía libre o no a los planes de capitalización de las cajas de ahorros. El sector, sometido a una reestructuración sin precedentes, deja un saldo de ganadores y perdedores que se amplía a sus comunidades autónomas de origen –muchas de ellas en una maltrecha situación financiera-, cuyas arcas se benefician o sufren según donde tributen cada uno de los nuevos grupos.
En 2008, el Gobierno de Cantabria ingresó 71,9 millones de euros en impuestos por operaciones societarias –del 1%- por la ampliación de capital realizada por Banco Santander en plena crisis financiera, nada menos que 7.190 millones de euros. Es sólo un ejemplo del impacto que tienen en las comunidades autónomas las operaciones que realizan sus grandes entidades financieras.
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