Es sabido por todos, que las inversiones y el mundo de las finanzas en general, se mueven muchas veces por las emociones y la psicología de todos los inversores, sobre todo en el largo plazo. Desde Zerohedge ponen de manifiesto que a pesar de haber varios estudios que sugieren que los inversores sólo deben comprar y operar con «índice pasivos» como por ejemplo los fondos y quedarse así hasta la eternidad, la realidad es que simplemente no funciona de esa manera.
En el mundo de la inversión, se aplican los mismo 7 pecados capitales que nos enseñan en el colegio, sobre todo si este ha sido religioso. Estos mismos siete pecados capitales, son en el fondo comportamientos, que llevan a malos resultados de inversión. Por lo tanto debemos reconocerlas y superarlas. Los pecados capitales relacionados con la inversión.
IRA
Las personas tienden a pensar que todas la inversiones que hacen, tanto individualmente como con un inversor, tienen que dar muchos beneficios. Si no lo hacen, se enfadarán, ya que tienen miedo a la pérdida. Este es un tipo de pensamiento que puede ser muy peligroso para los inversores. Lo mejor es identificar rápidamente los problemas, aceptar que la inversión contiene un «riesgo de pérdida», corregir el problema y seguir adelante.
CODICIA
Esta cualidad, hace a los inversores perder más dinero que nunca. Una emoción humana, llamada avaricia, que puede variar la posición de beneficio y hacer que se pierda más dinero. Los inversores se vuelven ciegos a la evidencia y suelen tomar decisiones equivocadas y precipitadas. La codicia hace que más inversores pierdan dinero, esta mentalidad tiene una larga y deprimente historia de convertir las ganancias no realizadas en pérdidas realizadas.
PEREZA
Es importante no ser perezoso y prestar atención al dinero, porque si no lo hace cada uno, no lo hará nadie. Algo tan importante para nuestra vida como el dinero, que nos permite vivir día a día, no se le presta la atención necesaria, incluso aunque tengamos un asesor, hay que estar pendiente. Si no se atiende a nuestra cartera, los beneficios pueden ser menores. Es como un viñedo, si no se cuidan a lo largo del año, luego no darán buen fruto.
ORGULLO
Cuando las cosas van bien en los negocios, es importante no ser orgulloso, porque las pérdidas pueden estar a la vuelta de la esquina. Los mercados suben y baja, y hay tantos factores que influyen en ellos que nunca se sabe a ciencia cierta lo que pasará.
DESEO
El deseo de obtener un mayor beneficio, o un beneficio concreto, suele truncarse, ya que el retorno de la inversión no es seguro. Esto puede comprobarse en la siguiente tabla periódica de Callan. Los retornos de inversión pueden variar de un año a otro, tanto para bueno como para malo, por eso desear algo puede conducir a una venta antes de lo normal, o viceversa.
ENVIDIA
Esta cualidad va unida a lujuria y codicia, solo llevará a tomar malas decisiones, y a perder en las inversiones. Las personas suelen hablar sobre sus inversiones satisfactorias no sobre sus pérdidas. La envidia no es buena, y hay que hacer lo que funcione para cada uno, porque aunque otros ganaran o perdieran con alguna operación, no tiene porque pasar lo mismo. Cada inversión es diferente de la siguiente y de la anterior. Tomar decisiones emocionales construidas alrededor de la codicia y la lujuria tiene consecuencias desastrosas a largo plazo.
GULA
Inversores que han conseguido grandes beneficios, y con ello fortunas, han caído en la gula, es decir, invertir por invertir, cuando no es necesario, y esto supone no hacerlo con cabeza. La historia está repleta de personas que tenían todo su dinero invertido en acciones de la compañía, compañías como Enron, Worldcom, Global Crossing, y que al final tuvieron enlaces desastrosos, a pesar de haber tenido mucho dinero. Demasiadas inversiones.
Los individuos son inversores a largo plazo sólo mientras los mercados están subiendo. A pesar de las advertencias y recomendaciones sobre las inversiones, que consisten en vender, tomar beneficios y controlar los riesgos, lamentablemente la gente también incluye miedo, pánico, y muchos de estos pecados capitales.